Al término de una primera mesa de trabajo realizada en el norte de Barranquilla para revisar la puesta en marcha del polémico proyecto ‘Ciudad Mallorquín’ de la empresa Argos, la Procuraduría advirtió que la Ciénaga de Mallorquín ya estaría revelando sus primeros impactos ambientales, producto de la carga de construcción del complejo habitacional en Puerto Colombia, Atlántico.
Al menos así lo dejó saber el procurador delegado para Asuntos Ambientales y Agrarios del organismo de control, Gustavo Guerrero, quien explicó que muy posiblemente estarían en crisis la vegetación de la ciénaga respecto a la salacuna de peces, a lo que se sumaría una función vital como barrera natural contra los huracanes.
Pese a que el funcionario público escuchó las explicaciones que entregaron distintas autoridades locales para justificar la construcción de 18.000 mil apartamentos, de los cuales hay terminados alrededor de 5.000 mil hasta el momento, consideró sorpresiva la desarticulación entre los distintos actores para llevar a cabo un proyecto urbanístico en zona protegida.
Siendo así, para Guerrero aún no estaría claro el manejo que se le dará al alcantarillado, acueducto, vías, colegios, centros de salud que soporten una urbanización en la que se tiene previsto el asentamiento de más de 40.000 personas.
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"Pues nos preocupa que se percibe una desarticulación institucional, frente a un escosistema que no es uno solo. No es solo un cuerpo de agua, es una cuenca, es un ecosistema que comparten dos municipios, por eso hemos instado a establecer medidas de articulación y concreción en cuanto a decisiones muy puntuales frente a la defensa de la Ciénaga de Mallorquín", dijo.
Para Guerrero, inclusive, los impactos ambientales también podrían involucrar al parque Isla Salamanca, al río Magdalena y a la ciudad de Barranquilla, teniendo en cuenta que la Ciénaga de Mallorquín no es solo un cuerpo de agua, sino un completo ecosistema de reserva natural.