La preocupación crece entre el gremio portuario de Barranquilla, para quienes ya se volvió una necesidad permanente el dragado del canal de acceso para garantizar condiciones de ingreso a buques con profundidades superiores a los 9 metros, pues no hay razón sobre cuándo llegará la nueva draga que garantice el retiro de sedimentos luego de que fuera declarada desierta la licitación que abrió el Ministerio de Transporte.
Pese a que Findeter se comprometió a disponer de recursos para hacer un proceso de contratación directa que permita ejecutar trabajos durante cuatro meses, la falta de claridad sobre cuándo será esto alerta sobre una posible crisis en las primeras semanas de enero.
Ante esto, el alcalde Jaime Pumarejo manifestó esperar que el Gobierno Nacional haga lo que deba hacer lo más rápido posible, de la mano de obras rígidas que permitan arreglar el tajamar occidental y recuperar el tajamar oriental.
"Hubo un traspié ahí y que el gobierno haga lo que deba hacer. Que se haga la tarea de tener una draga permanente a largo plazo y luego draga propia mantenida y abanderada por Cormagdalena", señaló.
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Consideró que el tema de un puerto de aguas profundas es complementario: un río navegable hasta Barrancabermeja y luego complementado con el sistema férreo del interior del país y después un puerto de aguas profundas que el Distrito ha rediseñado y pasó de costar 600 millones de dólares en una primera etapa a 115 millones de dólares.
Entre tanto, el gobernador electo del Atlántico, Eduardo Verano, manifestó su interés de que el Puerto de Barranquilla cuente con una draga de carácter permanente. Señaló que la gran meta desde su plan de gobierno es definir primero quién es el responsable de esa draga: si el departamento o la nación.
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