Otro aberrante caso de abuso se conoció este jueves en Barranquilla con la captura de un hombre señalado de agredir sexualmente a su propia hija durante los últimos siete años.
Según la investigación, los abusos comenzaron desde que la menor tenía 11 años y se extendieron hasta ahora, cuando la víctima está próxima a cumplir la mayoría de edad.
Como si fuera poco, las pruebas señalan que este hombre, de 41 años, obligaba a su hija a consumir alcohol hasta que perdiera su estado natural de consciencia para luego accederla sexualmente.
El capturado, quien ya tenía dos anotaciones judiciales por hechos similares a los mencionados, ahora deberá responder por el delito de acceso carnal o acto sexual en persona puesta en incapacidad de resistir en circunstancias de agravación punitiva en concurso homogéneo y sucesivo, en el que su hija es la víctima.
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Agencia especial de la Procuraduría
Bajo la lupa de la Procuraduría está el caso de los cinco hermanos que fueron víctimas de abuso sexual por parte de su propio padre, quien los tenía bajo su custodia tras separarse de la madre de ellos. El hombre fue capturado en Barranquilla, mientras que las autoridades hacen acompañamiento permanente a sus hijos.
Los abusos comenzaron cuando las víctimas tenían entre 7 y 14 años. Actualmente dos de ellos alcanzan la mayoría de edad, mientras que los otros tres menores están en proceso de restitución de derechos, siendo que una de ellos está bajo la protección del ICBF.
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En todo este proceso habrá una vigilancia especial, aseguró la procuradora general de la Nación, Margarita Cabello.
"Ya ordené la asignación de una agencia especial para vigilar todo lo que tenga que ver con el proceso penal, pero también ordenamos participar activamente en los procesos de restablecimiento de derechos de esos menores a efectos de quese mejoren las rutas de atención y mirar qué es lo que está pasando", dijo la procuradora.
En este aberrante caso la Policía reveló que, para mantenerse en la impunidad, este hombre “aprovechaba la devoción cristiana de sus hijos y les decía por medio de chats y en redes sociales que no debían denunciarlo ni decir nada de lo que ocurría, pues solo Dios podía juzgarlo”.
Sin embargo, una de sus hijas se atrevió a contarle todo lo que pasaba a una allegada y eso permitió que saliera a luz este caso de violencia y, a su vez, que se conociera la situación por la que pasaron sus hermanos.