No da tregua la guerra que le ha declarado el Clan del Golfo a la empresa Supergiros , a tal punto que este domingo sus locales ubicados en el municipio de Baranoa (Atlántico) amanecieron invadidos de panfletos amenazantes, que los obligó a bajar sus esteras y suspender de manera indefinida sus servicios, tal como ha ocurrido en más de 3.000 puntos de atención a lo largo de la región Caribe.
La empresa asegura que sus oficinas se han convertido en el blanco de más de 50 ataques durante las últimas dos semanas, siendo aún más crítica la situación en zonas como el Golfo de Morrosquillo, la Mojana sucreña, Magdalena, Cesar, La Guajira y algunos municipios del Atlántico, donde no hay garantías de seguridad.
Jhony Batalla Mena, asesor legal de Supergiros, explicó que han preferido cerrar para proteger a las trabajadoras que están a cargo de la atención al cliente, pues son ellas las principales víctimas de los atentados.
"Afecta notablemente a nuestras colocadoras independientes, más que todo ellas están sufriendo las amenazas, las agresiones contra su integridad física y, sobre todo, la falta de poder ejercer su proyecto de vida. Nosotros preferimos cerrar los puntos antes de que su vida corra riesgo", expresó.
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Ataques recientes en Atlántico
Solo este fin de semana se registraron dos atentados a bala contra la empresa Supergiros en Atlántico, dejando como resultado una trabajadora gravemente herida.
El hecho más reciente se registró durante la mañana de este sábado en el barrio La Victoria, sur de Barranquilla, luego de que hombres armados abrieron fuego contra la fachada de un punto de atención ubicado en la zona, en inmediaciones a la Avenida Murillo.
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Sin embargo, pese a que en ese momento una trabajadora se encontraba laborando, logró resguardarse de dos balazos que finalmente terminaron impactando la ventana del mismo.
Por otra parte, Merly Salas Rodríguez, de 32 años, sigue bajo pronóstico reservado en una clínica de Sabanalarga, Atlántico, tras recibir un disparo por hombres motorizados que la dejó gravemente herida, mientras se encontraba laborando en el punto de atención ubicado en Luruaco, Atlántico, en el sector conocido como La Puntica.