Poco o nada le queda al polémico empresario Alex Saab de aquellos días de riqueza en los que buscaba ser aceptado por la alta sociedad con su ingreso al Country Club de Barranquilla.
Sus ingresos económicos eran tan altos que, inclusive, construyó una mansión de 3.740 metros cuadrados en el barrio Riomar, en el norte de la capital del Atlántico, tras la compra de dos casas que unificó a través de una imponente estructura de tres niveles y a la que, en julio del año 2020, la SAE decidió aplicarle extinción de dominio.
La vivienda de colores gris, marrón y que ocupa más de media cuadra cuenta con una piscina, un spa con sala de masajes, sillas relajantes para varias personas, un jacuzzi, una sala de cine, cinco grandes habitaciones y closets con hasta 50 metros cuadrados en los que caben cientos de carteras y zapatos.
Si se opta por buscarla a través de Google Maps, la vivienda rápidamente puede reconocerse porque en el techo hay una cancha de tennis con polvo de ladrillo rojo que solía ser utilizada por la familia de Saab cuando fueron expulsados del Country Club de Barranquilla.
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Todo ello, avaluado en $28.000 millones de pesos, sin embargo, se encuentra en venta por una tercera parte de su valor original, en una operación que quedará en manos de Cisa, central de inversiones.
Hasta ahora, como no se ha logrado vender, la SAE se encuentra promocionándola así sea para arrendarla y la mantiene bajo vigilancia privada las 24 horas del día.
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Sin embargo, mientras avanza este proceso la casa continúa deteriorándose, con maleza que logra verse desde las afueras de la residencia, pequeños montos de basura que llevarían meses sin ser retirados y barrotes que están corroídos por el óxido.
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