Para el cuerpo de bomberos de Valledupar hubo lluvia de bendiciones en la tarde de este domingo 4 de febrero, luego de completar casi 15 días sin lograr apagar con éxito el fuego que afectaba parte de la Sierra Nevada de Santa Marta y que ya había afectado por lo menos mil hectáreas de la zona de reserva.
La lluvia se convirtió en un refuerzo para el trabajo que la Fuerza Aeroespacial venía desarrollando en la zona con descargas desde el aire con un helicóptero bambi bucket, pues el acceso a la zona de conflagración requería largas horas de caminatas a pie, lo que retrasaba la respuesta por parte de las unidades de socorro en tierra.
De acuerdo con el sargento Julián Ramírez, miembros de bomberos de Valledupar , fue una victoria que lograron con el apoyo de la naturaleza, pues los conatos lograron ser controlados. Esto, a través de pequeñas intervenciones que acabaron con la emergencia.
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"Solo tuvimos que hacer un trabajo de liquidación por tierra con el batallón de ingenieros y personal de bomberos de Valledupar que estuvo liquidando algunos puntos calientes. Gracias a Dios el pasado domingo se generaron nuevas lluvias en varios sectores, bajó la temperatura, se detuvo la brisa y con esto se pudo terminar", explicó el socorrista.
Sin embargo, la peor parte quedó para la naturaleza, pues los indígenas arahuacos que viven en la zona calculan que fueron más de 1.000 hectáreas las afectadas, frente a lo que se necesitarán años para que se dé una completa recuperación.
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"Lo afectado es principalmente la zona que tienen los indígenas para la restauración. Ellos no cultivan en gran extensión para su sostenimiento. También se quemaron algunos cultivos de maíz, yuca y algunos campesinos que también están dentro del resguardo indígena sufrieron daño en pasto", explicó Julián Ramírez.