El Observatorio de Seguridad Ciudadana de la Universidad del Norte de Barranquilla dio a conocer, a través del informe “El homicidio como indicador de competitividad criminal”, que la comisión de este delito aumentó hasta en un 16 % durante el primer semestre del 2024, mientras que en municipios del Atlántico fue 89 %.
Y es que, de acuerdo con el documento, estas cifras dejarían en evidencia la “intensificación” de las disputas entre organizaciones criminales por el control de las rentas ilícitas, lo que, de una u otra manera, estaría debilitando la percepción de seguridad en la ciudad.
En este orden de ideas, el Observatorio de Seguridad Ciudadana clarificó que Barranquilla ha alcanzado una tasa de homicidio de 16.2 por cada 100.000 habitantes: siendo la más alta durante los últimos ocho años (2016).
Janiel Melamed, director del Observatorio de Seguridad Ciudadana, indicó que la crisis requiere una respuesta institucional “urgente” y “coordinada” para lograr atajar el delito del homicidio con estrategias más efectivas.
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“Es importante entender que los homicidios tienen una particularidad en materia contextual. Es importante sugerir que la respuesta institucional debe ser más articulada, pues estamos atravesando una situación muy compleja donde la solución no puede quedar en manos de una sola instancia de Gobierno, no solo a nivel local sino también a nivel nacional”, explicó Melamed.
Y es que, mostrándose preocupado por las cifras de homicidio, Melamed indicó que, de mantenerse la tendencia, Barranquilla podría terminar el año con una tasa de homicidios de 29 por cada 100 mil habitantes.
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“El Distrito de Barranquilla presenta una crisis en materia de orden público por la pugna entre organizaciones criminales. Esto se ha convertido en un condicionante para el aumento de los homicidios. Este es el gran dinamizador de la mayor cantidad de homicidios registrados en lo corrido de este año 2024”, agregó.
El informe, además, refiere que los registros de “homicidios intencionales” están mayormente ligados con acciones de “avasallamiento criminal” entre las distintas organizaciones delictivas que no han logrado conseguir la hegemonía que quieren sobre el territorio.