Colchones, muebles, electrodomésticos y todos los enseres de los habitantes de Villa San Carlos quedaron bajo el agua tras el aguacero que cayó este viernes en el sur de Barranquilla y el cual provocó, por segunda vez en esta misma semana, el desbordamiento de un caudaloso arroyo que atraviesa este sector.
La situación es precaria para cientos de familias, como la de Angie Cabrera, quien vive en la zona inundada junto a su esposo y sus tres hijos, de 2, 4 y 6 años. Ella está a la espera de su cuarto hijo y ahora, en pleno embarazo, se quedó prácticamente en la calle.
"Se creció demasiado el arroyo, llovió tan duro que la corriente se voló los muros y en muchas casas lo perdimos todo. Ahora tenemos los colchones, los muebles y todas nuestras cosas acá en las terrazas, porque todo todo se mojó", contó la joven, de 26 años.
Por segunda vez en esta semana cientos de casas quedaron inundadas en el suroccidente de Barranquilla por el desbordamiento del arroyo que atraviesa el barrio Villa San Carlos. Los damnificados perdieron todos sus enseres tras el aguacero de este viernes. #VocesySonidos pic.twitter.com/2tJCrBijcI
— Blu Caribe (@BLUCaribe) November 29, 2024
El arroyo de Villa San Carlos se desbordó el pasado miércoles y, según la Defensa Civil, dejó más de 100 familias damnificadas, pero solo dos días después la situación se repitió y el número de afectados creció.
La ciudadanía reconoce las ayudas humanitarias que les están brindando las autoridades, pero asegura que estas entregas son solo pañitos de agua tibia, pues la verdadera solución de esta problemática está en la canalización del arroyo, un proyecto que debería realizarse con urgencia.
Publicidad
"A algunas familias les dieron colchonetas, compras, pero ya eso no basta, no basta que nos den esa clase de ayudas, porque lo que necesitamos de verdad es la solución del arroyo", manifestó.
Y es que esta emergencia se ha venido presentando en cada temporada invernal durante los últimos cuatro años, tanto así que la misma comunidad ha levantado muros de contención frente a sus casas para intentar protegerlas, pero el arroyo cada vez toma más fuerza, aumenta su caudal y arrasa con todo lo que esté a su paso.