
El drama de familias en Santa Marta que compraron apartamento y no tienen agua
Los residentes del conjunto Brisas de Reservas de Curinca denuncian que desde hace más de un año el suministro de agua les llega en horarios específicos durante el día.

Publicidad
Publicidad
Publicidad
Lo que debía ser un sueño cumplido por comprar vivienda propia, se ha convertido en una pesadilla para más de 2.000 personas que habitan el conjunto Brisas de Reservas de Curinca, un complejo residencial de 560 apartamentos en Santa Marta, donde el agua, un servicio esencial, es un recurso escaso y cada vez más inalcanzable.
Los residentes, que adquirieron sus inmuebles por $130 millones con la reconocida Constructora Bolívar, denuncian que el acceso al agua es limitado a tan solo dos horas al día, repartidas en dos turnos de una hora, lo que dificulta la vida cotidiana de las familias y pone en jaque la salubridad del sector.
"Nos sentimos engañados. Compramos nuestros apartamentos con la confianza de que tendríamos una vida digna, pero ahora vivimos con la angustia de no saber si el agua alcanzará para lo básico", expresó Diana Osuna, residente afectada.
Desde el inicio de la venta de los apartamentos, la Constructora Bolívar aseguró a los compradores que la urbanización contaría con un pozo propio para garantizar el abastecimiento de agua. Sin embargo, los residentes aseguran que el compromiso no se ha cumplido y que, a pesar de la existencia del pozo, el líquido no llega con la frecuencia ni la cantidad necesarias.
Publicidad
"Nos vendieron la idea de que aquí no tendríamos problemas de agua porque había un pozo, pero la realidad es que seguimos dependiendo de un suministro intermitente y no hay respuestas claras sobre qué está fallando", puntualizó Osuna.
Ante esta crisis, la comunidad ha elevado múltiples peticiones a la constructora y a las autoridades locales, buscando respuestas y soluciones definitivas. Sin embargo, hasta el momento, no han recibido garantías de un servicio constante y eficiente.
Para Diana Osuna, esta situación ha trastocado la vida diaria de su familia y de muchos vecinos que han tenido que cambiar sus rutinas por la falta de agua. "Nos toca almacenar en baldes y hasta comprar agua a los carrotanques, algo que no debería pasar cuando invertimos nuestros ahorros en un lugar que supuestamente nos garantizaba lo básico", añadió.
La comunidad del conjunto Brisas de Reservas de Curinca exige respuestas claras y soluciones efectivas. A pesar de los reclamos a la constructora y la presión sobre las entidades distritales, la incertidumbre sigue creciendo.
Publicidad
Diana Osuna, en nombre de muchos de los afectados, hace un llamado a las autoridades para que intervengan en la situación. “No pedimos lujos, solo queremos que se respete lo que se nos prometió. El agua es un derecho, no un privilegio”, enfatizó.
Publicidad