Un total de 21 casas destechadas en el corregimiento de Aguada de Pablo, otras 14 viviendas sin techo en el corregimiento de Cascajal e, incluso, el colapso de una casa en esta misma población son las afectaciones que dejó en las últimas horas el azote de un vendaval en el municipio de Sabanalarga (Atlántico).
Los damnificados cuentan que perdieron varios electrodomésticos, luego de que estos quedaron llenos de agua por la voladura de los techos.
"Se levantó una tremenda tempestad, sopló un fuerte vendaval y se destecharon varias casas, entre esas la mía, pero menos mal no hubo lesionados", contó Miguel Cabrera, habitante afectado.
"En mi casa volaron seis láminas de zinc y enseguida se mojaron un televisor plasma y los abanicos que tenía en la sala y en los cuartos", agregó.
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Los daños fueron cuantificados a partir de un censo que realizaron los organismos de socorro y que ya está en poder de la Alcaldía Municipal para la atención de los damnificados.
De hecho, en aras de gestionar la entrega de ayudas humanitarias, el alcalde José Elías Chams, declaró la calamidad pública en este municipio.
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"Ya avanzamos en el censo con bomberos y Defensa Civil. Ahora vamos a trasladar hacia los corregimientos pertinentes las ayudas de materiales para reponer esas láminas y caballetes que fueron destruidos por los fuertes vientos", indicó el mandatario.
La preocupación aumenta toda vez que unas 1.500 casas levantadas con tablas y plásticos en Sabanalarga están en riesgo frente a la temporada de lluvias .