La intensa conflagración que se registró al interior de una de las subestaciones de ISA en Atlántico, durante la tarde de este martes, tardó cerca de ocho horas en ser controlada por el cuerpo de bomberos, en medio de una maniobra que requirió el apoyo de cuatro máquinas y de un alto número de socorristas de Sabanalarga y Malambo .
Pese al esfuerzo por controlar las llamas que podían dejar sin servicio de energía a gran parte de la región, las labores se vieron retrasadas durante casi tres horas debido a la falta de espuma refrigerante que los llevó a paralizar el trabajo. Esto se debe a una deficiencia de insumos que afecta incluso a los bomberos con carencia de equipos de respiración autónoma.
"La mayoría de los compañeros estábamos sin equipos de protección para atender el fuego, pero la brisa jugó a favor, así que no nos expusimos. Además, apenas teníamos cuatro pimpinas de 20 litros. Eso no era suficiente para un incendio de esa magnitud. Después recibimos otro tanque que llegó de otra zona", indicó Yulis González, comandante del cuerpo de bomberos de Sabanalarga.
Sin embargo, advirtió que derivado del fuego, aún hay emisión de gases tóxicos proveniente del aceite caliente de los tanques que terminaron entre llamas, lo que no genera riesgo, por el momento, para la población de Sabanalarga.
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"Estos gases tóxicos ya deben empezar a disminuir por la temperatura del aceite que quedó en el transformador. Estos son de riesgo porque pueden desplazar con facilidad el oxígeno, pero afortunadamente nadie ha reportado afectación. Ya estamos esperando para ir más a hacer una evaluación", explicó la comandante.