Bajo estricta supervisión médica permanece un niño de 2 años y medio que debió ser recluido en una UCI Pediátrica en Barranquilla tras presentar una serie de convulsiones durante la celebración de Navidad, episodios que, se confirmó, están relacionados con una intoxicación con pólvora .
La sospecha de ingesta de fósforo blanco surge a raíz de la manipulación de pólvora que hubo en el entorno donde vive el niño, pues las convulsiones se dieron mientras lanzaban juegos pirotécnicos en su barrio, explicó el toxicólogo Agustín Guerrero.
"Se le realizaron unos estudios y con la sorpresa que él niño salió con unos niveles de fósforo", comentó.
Con este caso, ya serían dos niños de la misma edad intoxicados con fósforo blanco durante este diciembre en Barranquilla , ciudad que en total registra 26 casos de personas quemadas con pólvora, de los cuales siete son menores de edad.
Así las cosas, el experto recomienda estar muy atentos a los menores, sobre todo si presentan vómito o diarrea después de estar expuestos a la pólvora, ya que estos síntomas suelen confundirse con un problema estomacal y, si bien desaparecen a las 12 o 24 horas, este es apenas “un periodo de calma aparente” en el que la sangre absorbe el fósforo blanco, pasa al hígado y regresan aún más fuertes estos síntomas como si se tratara de un cuadro de hepatitis.
En ese momento es “muy poco” lo que pueden hacer los médicos y por eso urge llevar a los pacientes a un centro de salud antes de que sea demasiado tarde. Guerrero, además, recomiendan a los padres evitar darles leche a los niños cuando sufren una intoxicación con pólvora, pues este producto hace que el fósforo blanco se absorba aún más rápido y cause más daño al cuerpo.