Son más de 600 personas, divididas en 179 familias del pueblo indígena emberá katío del resguardo del Alto Sinú, las que han tenido que abandonar momentáneamente sus hogares por el miedo de ser alcanzados por los enfrentamientos entre el Ejército Nacional y los grupos al margen de la ley que llegaron hasta su zona.
La situación fue informada por la Oficina de las Naciones Unidas para la coordinación de asuntos humanitarios y Andrés Chica, líder social de la Fundación Cordoberxia, quien entregó más detalles de lo que sucede.
“La advertencia o la alerta que estamos dando es que hoy por hoy tenemos estas dos comunidades indígenas de Nejondó y Koredó, que si bien se han brindado algunas posibilidades para garantizar derechos en territorio, la comunidad sigue estando confinada y ese es un ejercicio revictimizante en el que seguramente el Estado tiene que actuar con mayor celeridad”, declaró.
“Esta situación se viene presentando sistemáticamente desde el año 2022, y un poco más atrás, pero con mayor flagelo entre 2022 y el pasado 8 de enero de 2025. Si bien, reconocemos que las ayudas alimentarias y de salud primaria son importantes, la garantía de no repetición es un bien colectivo necesario y exigido en este momento”, agregó en la denuncia.
Como ya se mencionó, las comunidades más afectadas en este caso son las de Nejondó y Koredó, cuyo desplazamientos forzados al parecer se vienen dando desde hace semanas ante nuevas operaciones agendadas por las fuerzas armadas del país contra Clan del Golfo y el ELN.
Por su parte, desde la Alcaldía municipal de Tierralta ya están enterados de la situación y adelantaron una brigada de ayudas humanitarias mientras se define una intervención por parte del Gobierno nacional.