Actualmente, según el concejal Uscátegui, hay más de 24.000 militares y policías en retiro, con asignación salarial en Bogotá, que tienen la capacidad, experiencia y formación en materia de seguridad y lucha contra el crimen para ocupar puestos administrativos en las instituciones, esto con el fin de que los uniformados activos puedan salir a las calles a reforzar la seguridad.
Los miembros de la reserva activa estarían, si se acoge la propuesta, trabajando en dos frentes. El primero sería cumpliendo labores profesionales y administrativas, mientras que el segundo grupo estaría en terreno como actores disuasivos y desarmados.
“Un miembro de la fuerza pública se pensiona entre 20 y 25 años de servicio, quiere decir que están entre los 38 y 45 años de edad. Personas que colgaron el uniforme, pero que tienen todos los conocimientos, la preparación y la experiencia para seguir aportando en la materia”, indicó Uscátegui, quien le hizo la propuesta al alcalde Carlos Fernando Galán para integrar esta propuesta en su estrategia de seguridad.
En la actualidad, indica el concejal, la capital del país cuenta con 16.656 policías; es decir, un uniformado por cada 470 habitantes, mientras que en el estándar internacional el número es de uno por cada 300 habitantes. “Bogotá necesitaría más de 10.000 policías adicionales para atender los estándares internacionales y cumplir a cabalidad con su labor”.
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