Lo que inició como un accidente de tránsito y procedimiento rutinario terminó con la captura de un policía en Bogotá investigado por presunta extorsión y abuso de sus funciones.
Según el reporte de la noticia criminal conocido por Blu Radio, en la madrugada del pasado 13 de diciembre una mujer, quien al parecer habría consumido varias cervezas, sufrió un accidente en su motocicleta en el cruce de la calle 26 sur con carrera 51 de Bogotá, quedando en un estado de incidencia por varios minutos.
Momentos después, llegan los paramédicos y la mujer les cuenta que había sido tumbada de su vehículo por lo que perdió el conocimiento y ante eso deciden trasladarla a un centro asistencial pero, antes, uno de los policías adscritos Seccional de Tránsito y Transporte de Bogotá se quedó con la licencia de conducción y tarjeta de propiedad pues le haría la prueba de alcoholemia, pero esto no se cumplió.
En su lugar, la mujer fue llevada hasta un centro asistencial en Kennedy y allí le avisaron que debía contactar al subintendente para reclamar los documentos, y al escribirle vía chat, este le respondió que lo podía hacer en la URI de Puente Aranda.
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De acuerdo con la Fiscalía de la Justicia Penal Militar y Policial, este hecho configura como una irregularidad, pues la prueba pudo haberse practicado de inmediato y, según el resultado, adelantar el procedimiento de comparendo y regresar los documentos.
En medio de las investigaciones, también encontraron que el agente le habría dicho a la mujer por chat que le iba a suspender la licencia por 10 años más una multa de $30 millones, pero, para evitar todo ese proceso, le podía entregar a él $4 millones.
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Al día siguiente, y tras salir del hospital, la mujer nuevamente contacta al subintendente sobre sus documentos y la hora de llegada a la URI, a lo que el hombre la citó al mediodía: allí, nuevamente, le insistió en que se enfrentaba a una suspensión por varios años, de otras sanciones según el grado de alcoholemia (aunque no hubo claridad si la prueba se practicó o no).
La mujer respondió negativamente en varias ocasiones y le decía que no tenía más que $200.000 en efectivo, el agente no le entregó los documentos y hasta rebajó la exigencia a $2.000.000.
Ante estas irregularidades, la mujer decidió denunciarlo y tras la recolección de pruebas, el subintendente fue capturado en la tarde de este miércoles mientras estaba en su jornada laboral.
Ya su detención fue legalizada en Palacio de la Justicia Penal Militar y Policial y enfrentará un proceso por los delitos de prevaricato por omisión y concusión.
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