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Mujer se salvó de ser asesinada en Bogotá y ahora pide que su agresor no quede en libertad

El abogado de la mujer alertó que su expareja sentimental podría volver a atacar y por eso piden que las autoridades tomen medidas sobre este hombre.

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Mujer se salvó de ser asesinada en Bogotá //
Fotos: suministradas

Un nuevo intento de feminicidio, más las fallas del sistema judicial, tiene en vilo a una mujer de 33 años de Bogotá, su hijo menor de edad y toda su familia, pues el agresor no está bajo ninguna medida de aseguramiento y, en cualquier momento, podría regresar a repetir el ataque.

Los hechos ocurrieron en la tarde del pasado sábado, 13 de julio, cuando la mujer estaba caminando con hijo en las afueras del conjunto residencial donde vivían en Madalena, Ciudad Bolívar, cuando es abordada por su excompañero sentimental con quién había terminado la relación aproximadamente hace cuatro meses.

Este le insiste en que quiere hablar, pero, ante la negativa de la mujer, él saca un arma e intenta agredir: “Es el hijo de 14 años quien agarra al papá y evita que la impacte, pues alcanza a hacer cuatro disparos. Afortunadamente no impactó a nadie, pero la reacción de este hombre fue autoagredirse y es cuando se dispara en el abdomen y cae”, contó Eduardo Curtidor, abogado que lleva el caso.

Ante lo ocurrido, un policía llega a atender la situación e, incluso, cuenta la denuncia, que se llevaron a ambos, en el mismo taxi para el hospital, y allí fue radicada la denuncia e incautada el arma. Desde el momento de los hechos, el agresor ha estado recuperándose en un centro asistencial pero hoy no tiene ninguna medida de aseguramiento en su contra.

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“Aunque la captura se dio en flagrancia, esta se debe legalizar esa captura dentro de las 36 horas siguientes, y si bien se puede hacer legalización de captura en una clínica, pues el hombre estaba en UCI, con una serie de restricciones y seguramente por eso no le pudieron legalizar la captura. Y una vez transcurridas esas treinta y seis horas, pues hay que darle libertad, así funciona nuestro sistema”, agregó el abogado.

Desde ese momento la mujer y su familia perdieron toda tranquilidad: se pasaron de lugar de residencia en varias ocasiones y el mayor temor es que, cuando el agresor salga del hospital, vuelva a buscarlos a ella o a cualquier persona cercana, pues además de los seguimientos y la insistencia, ya este agresor había tenido comportamientos de violencia psicológica.

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“Lo que sabemos es que, desde que ella cortó la relación, él empezó a presionarla para que volvieran, para que hablaran, pero cuando él ve que ella está decidida, él comienza a salirse de sus cabales y a seguirla, pues había estado en el conjunto cuatro días antes, durante más de cuatro horas frente a la vivienda”, contó el abogado de la mujer.

Si bien el caso está con una fiscal de la unidad contra los feminicidios, no está priorizado, pues los funcionarios asumen primero aquellos que involucran víctimas fatales o lesionadas graves.

“La fiscal es competente, pero tiene muchos casos y, según lo informado, llamará primero a imputación y si eso no se logra, ya se emite la orden de captura, pero eso va a tomar tiempo y no queremos que él regrese a terminar lo que quiso hacer”, alertó el defensor.

El abogado resaltó que, si bien hay una eficacia por parte de la Fiscalía con procesar a los feminicidas, no es lo mismo cuando se trata de medidas preventivas para las víctimas sobrevivientes y por eso pide con urgencia una orden de captura y que sea enviado a un centro de reclusión de manera preventiva.

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“Lo que esperamos que no suceda, es que la Fiscalía trate eso como violencia extrafamiliar, que diría que es un delito grave, pues no tan grave como un feminicidio en grado de tentativa, que puede dar perfectamente 20 años, más el porte ilegal del arma de fuego. En cambio, de la violencia extrafamiliar con el porte, va a dar 6 años y el tipo va a estar en 3 años por fuera”, comparó finalmente el abogado.

Por ahora, según cuenta Curtidor, la mujer ha tenido problemas para dormir y hasta comer, por cuenta del temor a que su agresor pueda moverse con libertad y volver a atacarla.

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