El pasado martes 15 de octubre, en horas de la tarde, se registró un trágico accidente vial en el norte de Bogotá, específicamente en la intersección de la carrera 7ma con calle 150, en el sentido sur-norte. El siniestro involucró a un vehículo particular, un bus escolar y una motocicleta, y desafortunadamente cobró la vida de una joven motociclista de aproximadamente 20 años.
Según los primeros informes, la causa del accidente fue la falta de precaución por parte del conductor del vehículo particular. Al parecer, este sufrió un percance con una llanta que se pinchó, lo que lo llevó a detenerse en la vía.
Sin embargo, al momento de salir del vehículo para revisar el daño, el conductor abrió la puerta sin verificar el tráfico que se aproximaba, lo que desencadenó el fatal accidente. La motociclista que circulaba en ese momento por el carril fue impactada de manera directa, lo que causó su muerte instantánea en el lugar de los hechos.
LaSecretaría de Movilidad de Bogotá fue la entidad encargada de confirmar los detalles del siniestro vial, luego de que en redes sociales comenzaran a circular reportes ciudadanos alertando sobre lo ocurrido. De inmediato, se desplazó hasta el lugar un equipo de criminalística, junto con unidades del Cuerpo de Bomberos de Bogotá y agentes de tránsito, para atender la emergencia. Los equipos de rescate trabajaron arduamente en la escena, pero lamentablemente no se pudo hacer nada por la vida de la joven motociclista.
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El accidente no solo dejó una pérdida humana, sino que también generó un caos vehicular considerable en la zona. La intersección de la carrera 7ma con calle 150 es una vía de alto flujo vehicular, y la obstrucción provocada por el siniestro afectó gravemente la movilidad en el sector.
A medida que avanzaba la tarde, el tráfico se fue acumulando y las congestiones llegaron hasta la calle 173A, también en el sentido sur-norte. La Secretaría de Movilidad informó sobre un “fuerte represamiento vehicular” en todo el corredor vial afectado, lo que generó demoras significativas para los conductores que transitaban por esa ruta.
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Las labores de levantamiento de la escena del accidente y la normalización del tráfico tomaron varias horas. No fue hasta pasadas las 7 de la noche que el flujo vehicular comenzó a regularizarse, aunque aún se reportaban retrasos en algunos puntos debido a la magnitud del represamiento.
El siniestro también trajo consigo un llamado de atención a los conductores sobre la importancia de actuar con responsabilidad en la vía, tomando las medidas de precaución necesarias al detenerse en plena carretera, especialmente en corredores de alta velocidad como la carrera 7ma.
Este lamentable hecho se suma a la larga lista de accidentes de tránsito que ocurren diariamente en Bogotá, muchos de los cuales podrían evitarse con conductas más seguras por parte de los conductores. La motociclista que perdió la vida se convierte en una nueva víctima de la imprudencia y la falta de previsión en las carreteras de la capital, recordando la necesidad de seguir reforzando las campañas de concienciación vial en la ciudad.