Desde el pasado lunes 30 de septiembre, tres personas se encuentran desaparecidas en Bogotá bajo circunstancias que han despertado preocupación entre sus familiares y amigos. Según los testimonios, un hombre identificado como Víctor Hugo Morales, de 55 años, y una pareja que residía en el barrio Galán, salieron a realizar un negocio en uno de los populares San Andresitos de la ciudad. Desde entonces, no se ha vuelto a tener noticias de ellos ni del vehículo en el que se transportaban.
Uno de los hombres fue visto la última vez alrededor de las 5:40 de la mañana, cuando Víctor Hugo salió de su residencia, ubicada en el sector de Cali con Calle 13, para recoger a Juan Diego y a su esposa en el barrio Galán. El objetivo del encuentro era dirigirse al San Andrés de la Calle 38 para cerrar una transacción comercial que involucraba una suma considerable de dinero en efectivo. Sin embargo, tras salir hacia su destino, los tres desaparecieron sin dejar rastro.
Lo que más desconcierta a las familias es que los teléfonos celulares de los tres se encuentran apagados, con la excepción de uno de ellos, que fue encontrado en el sector del 7 de agosto. Según la información proporcionada por la familia de Víctor Hugo Morales, un hombre respondió la llamada realizada al número, afirmando que había encontrado el celular en una ubicación diferente en la ciudad. Desde entonces, no se ha logrado obtener más información que ayude a esclarecer el paradero de los desaparecidos.
Uno de los hijos de Víctor Hugo, que reside en Estados Unidos, ha sido uno de los principales voceros en la búsqueda. "Él tiene cincuenta y cinco años, es alto, gordito y calvo. La última vez que lo vieron fue cuando salió a 5:40 de la mañana. Cualquier persona que pueda verlo, de todo corazón le agradecería que nos lo hiciera saber”, manifestó en diálogo con El Ojo de la Noche.
A pesar de las denuncias presentadas ante la Policía y la Fiscalía, los familiares de las tres personas desaparecidas aseguran que hasta el momento no se ha avanzado significativamente en la investigación. La falta de respuestas ha generado desconfianza y desesperación entre los seres queridos de los desaparecidos, quienes esperan una acción más efectiva por parte de las autoridades.