Esmeraldero asesinado en Bogotá fue cercano a Víctor Carranza y ya lo habían intento matar

Un asesinato tuvo lugar en la tarde del miércoles, 7 de agosto, cuando un francotirador le disparó al esmeraldero Juan Sebastián Aguilar quien al parecer se encontraba en su apartamento en Usaquén, norte de Bogotá.

Aguilar era conocido como Pedro Aguilar o Pedro Pechuga, quien manejaba las empresas encargadas de la seguridad de las minas de esmeraldas de los americanos en el occidente de Boyacá.

Alcanzó a ser trasladado al Hospital Los Cobos tras recibir un impacto de arma de fuego, pero falleció.

Aguilar era socio de la empresa Esmeraldas Santa Rosa y tenía una larga trayectoria en la industria esmeraldera. Tras la muerte de Víctor Carranza en 2013, Hernando Sánchez fue considerado el nuevo zar de las esmeraldas, y Aguilar se ganó el respeto desde que formaba parte del esquema de seguridad del extinto Carranza, uno de los hombres más protegidos del país en los años 90.

En los últimos años, Aguilar estuvo en la mira de Otoniel, el extraditado jefe del Clan del Golfo, debido a su posición e influencia en la industria de las esmeraldas.

En octubre de 2023 había sobrevivido a un atentado , y se comentó en ese momento que el intento de asesinato estaba relacionado con una disputa mafiosa entre narcotraficantes que tienen fachada de esmeralderos y que intentan lavar activos a través de la cotizada piedra verdad.

Según revela El Tiempo , Aguilar es nacido en Chiquinquirá, y conocido por su empresa Seguridad Oriental Ltda con la que ha tenido contratos con municipios, con la CAR y hasta con el Distrito Capital.

Según conoció El Espectador, habría intereses cruzados con viejas cuentas pendientes entre mafiosos que sirvieron a grandes capos narcotraficantes durante los años noventa y los dos mil en Bogotá y los Llanos Orientales.

¿Quién fue Víctor Carranza?

Conocido como "El zar de las esmeraldas" , fue un empresario esmeraldero y minero que amasó una gran fortuna gracias a su dominio en el lucrativo negocio de las gemas.

Sin embargo, su figura trasciende el ámbito empresarial. Carranza estuvo envuelto en numerosas polémicas y acusaciones a lo largo de su vida. Se le vinculó con la formación de grupos paramilitares y se enfrentó a más de 20 procesos penales, aunque muchos de ellos no prosperaron o fueron archivados.