¿Elevar la Autopista Norte o ampliarla? El dilema para solucionar las inundaciones en Bogotá
Desde 2019, el Distrito y la Nación han trabajado en el proyecto Accesos Norte 2, que busca mejorar esta vía mediante una concesión privada. Sin embargo, hay un lío con el actual Gobierno.
En la Autopista Norte se continúan presentando inundaciones desde la calle 222 a la 210, en sentido Chía - Bogota; recomiendan tomar la Carrera Séptima, como vía alterna.
Las recurrentes inundaciones en la Autopista Norte de Bogotá
han puesto sobre la mesa una disyuntiva clave: ¿es mejor elevar la vía o ampliarla para mejorar la movilidad y mitigar los problemas hídricos? La discusión cobró relevancia tras las declaraciones del presidente Gustavo Petro y la intervención del secretario general de la Alcaldía, Miguel Silva Moyano, en Mañanas Blu.
“La Autopista Norte, tal y como la conocemos hoy, es una autopista muy pequeña, de tres carriles, con unos pasos de agua que se llaman box culverts, que algunos han estado tapados, que son muy pequeños y en general es una obra de hace más de 70 años que necesita hace rato una solución de ingeniería de fondo”, explicó Silva, destacando la necesidad de una intervención estructural.
Un proyecto en trámite desde 2019
Desde 2019, el Distrito y el Gobierno Nacional han trabajado en el proyecto Accesos Norte 2, que busca mejorar esta vía mediante una concesión privada. Sin embargo, el proceso ha sido complejo. En 2023, los diseños iniciales no cumplieron con los requerimientos del Distrito, lo que llevó a la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA)
a archivar la solicitud de licencia en mayo de 2024.
El proyecto se ubica sobre la Autopista Norte entre las calles 191 y 245, para una longitud total aproximada de 5,8 Km, dentro del perímetro urbano y suelo de expansión de la ciudad de Bogotá́ D.C.
Se localiza en las localidades de Suba y Usaquén siendo la Autopista Norte el límite entre ambas localidades y comprende en su mayoría la Unidad de Planeamiento Local (UPL) 7 Torca y la UPL 26 Toberín en un tramo corto sobre el costado oriental entre la Calle 191 y la Calle 192, como se muestra en la Figura 3-1.
Foto: Anla
Tras ajustes técnicos, en noviembre del mismo año, el Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) emitió una carta a la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI) señalando la no objeción a los nuevos diseños. Esto permitió que, en enero de 2025, se presentara nuevamente la solicitud de licencia ambiental, cuyo trámite ante la ANLA tiene un plazo de tres meses.
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“Es urgente que se expida la licencia para poder arrancar la obra”, insistió el secretario, subrayando la importancia de agilizar el proceso.
Inundaciones en Autopista Norte
Foto: Secretaría de Movilidad
¿Elevar la autopista es suficiente?
El presidente Petro ha sugerido que la solución podría ser simplemente elevar la autopista en el punto crítico, sin necesidad de ampliarla. No obstante, Silva advierte que la propuesta trabajada hasta ahora tiene una base técnica sólida que va más allá de solo levantar la vía.
“La nueva propuesta supone una elevación de la autopista de entre 2 y 4 metros frente a la rasante actual, lo que disminuye el riesgo de inundación”, explicó. Además, se prevé una ampliación de los box culverts, mejorando el paso de agua entre los humedales Torca y Guaymaral, y facilitando el cruce de quebradas como La Floresta, Novita y Torca.
También se han incorporado medidas ambientales, como cinco pasos de fauna, y la rehabilitación de la quebrada Cañiza, que no aparecía en los planos previos.
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Movilidad y impacto ambiental: una obra integral
El debate no solo gira en torno a la mitigación de inundaciones, sino también a la movilidad. Silva explicó que la ampliación de la autopista es fundamental para evitar el efecto embudo que se genera entre la calle 191 y la 245.
“Hoy, de sur a norte, la autopista tiene seis carriles hasta la 191, pero luego se reduce a tres y más adelante vuelve a ampliarse. Esa saturación impide el flujo de vehículos y afecta toda la autopista”, detalló.
El proyecto, además de mejorar la infraestructura vial, busca minimizar el impacto ambiental y mejorar la conectividad en una de las zonas con mayor tráfico en Bogotá, donde a diario transitan miles de vehículos, incluyendo rutas escolares.
A la espera de la decisión de la ANLA, el futuro de la Autopista Norte sigue en debate, con la necesidad de encontrar una solución integral que responda tanto a las urgencias climáticas como a las demandas de movilidad de la ciudad.