La situación de los embalses de Chuza y Tominé, que abastecen a Bogotá y a varios municipios cercanos, sigue siendo crítica a pesar de las recientes lluvias intensas en la región. Según Alfred Ballesteros, director de la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), estos embalses mantienen una tendencia de disminución en sus niveles de agua. Esta disminución se debe a que el volumen de agua que se está extrayendo es mayor que el que está ingresando.
Los embalses, que son cuerpos artificiales, dependen del agua proveniente de fuentes naturales como los páramos en la Orinoquía y la cuenca alta del Río Bogotá. Sin embargo, las precipitaciones en estas áreas han sido insuficientes para satisfacer la demanda de agua. Los técnicos de la CAR estiman que, por ejemplo, el embalse de Chuza necesitaría recibir al menos 30 metros cúbicos de agua por segundo, sin extracciones, durante aproximadamente cuatro meses para alcanzar su capacidad máxima.
A pesar de las fuertes lluvias recientes, el fenómeno de La Niña aún no se ha activado y las lluvias en la cuenca de la Orinoquía, esencial para alimentar el sistema Chingaza, han sido insuficientes. Esto hace poco probable que los niveles de los embalses se normalicen durante el resto del año.
Ballesteros enfatizó que no será posible alcanzar el objetivo de estabilización del 20% en el sistema Chingaza debido a la falta persistente de lluvias en las áreas críticas para la recarga de los embalses. Además, reiteró la importancia de continuar con el racionamiento del agua y mantener las medidas restrictivas, ya que las lluvias locales en Bogotá y sus alrededores no contribuyen significativamente a la recarga de los embalses.
“Claramente no será posible cumplir la meta de 20 % de estabilización en el sistema Chinzaga pues allí persiste la situación de escasez por la ausencia de lluvias en el páramo y subpáramo que es donde deberían presentarse”, subrayó el funcionario.
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Actualmente, los niveles de agua en los embalses de Neusa, Sisga y Tominé están al 53,18%, mientras que los embalses de Chisacá y La Regadera están al 49,70%. El sistema Chingaza, por su parte, se encuentra en un crítico 16,29%.