En una entrevista con Néstor Morales en Mañanas Blu, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán , abordó la decisión del Gobierno Nacional de aplazar el giro de recursos comprometidos para la financiación del metro de Bogotá. Según el mandatario, esta medida afecta directamente el flujo financiero del proyecto más importante de infraestructura en la ciudad, pero insistió en que no permitirá que la obra se detenga.
"El mensaje es claro: Bogotá no va a permitir que esta obra se pare. La obra va bien, con un avance del 46 %, y los ciudadanos están recuperando la esperanza en un proyecto que lleva más de 80 años esperando. No vamos a permitir que esta situación lo frene", afirmó Galán.
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Vigencias futuras en entredicho
El aplazamiento de $770.000 millones correspondientes a las vigencias futuras comprometidas por la Nación ha generado incertidumbre no solo en el proyecto del metro, sino también en otros de gran envergadura, como el Regiotram de Occidente y la Calle 13. El alcalde expresó su preocupación por las consecuencias de este aplazamiento, destacando que se trata de compromisos adquiridos desde 2017 y que se extienden hasta 2048.
"Las vigencias futuras son una herramienta clave para garantizar la financiación de proyectos de infraestructura a largo plazo. Al mover estos recursos sin una fecha clara de entrega, se pone en entredicho el compromiso del Estado colombiano con las regiones", señaló.
Galán agregó que la decisión podría tener implicaciones graves para la credibilidad de la nación ante financiadores internacionales. "¿Cómo pueden los financiadores confiar en que el Estado cumplirá sus compromisos si las reglas cambian de un momento a otro?", cuestionó.
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Alternativas ante el incumplimiento
Ante la falta de claridad sobre el giro de los recursos, el Distrito ha comenzado a analizar opciones para garantizar la continuidad del proyecto. Una de las posibilidades es acudir al mercado internacional para obtener créditos sin garantía soberana, aunque esto supondría costos adicionales.
"Bogotá tiene unas finanzas sanas y puede salir a buscar esos recursos. Sin embargo, esto no es gratis. Estimamos que traer esos $770.000 millones antes de lo presupuestado podría costar entre $20.000 y $30.000 millones, un costo que probablemente tendrán que asumir los bogotanos", explicó Galán.
Paralelamente, el alcalde no descarta emprender acciones legales contra la nación para exigir el cumplimiento de los compromisos firmados en el convenio de cofinanciación. Entre las opciones que se estudian está acudir a un tribunal de arbitramento o interponer una acción popular.
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"Es posible que nos toque combinar ambas alternativas: buscar los recursos necesarios para que la obra continúe y, al mismo tiempo, avanzar en acciones legales para garantizar que la nación cumpla con su palabra. Este incumplimiento no solo afecta a Bogotá, sino que también pone en riesgo la institucionalidad y la credibilidad del Estado colombiano", sostuvo.
Llamado al Gobierno Nacional
El alcalde hizo un llamado al Gobierno Nacional, en especial al ministro de Hacienda y a la ministra de Transporte, para reflexionar sobre las implicaciones de esta decisión. Según Galán, el aplazamiento de las vigencias futuras es una señal de improvisación que podría tener repercusiones negativas para futuros proyectos de infraestructura en todo el país.
"Cuando un Gobierno incumple compromisos adquiridos a través de contratos, no solo afecta a los proyectos actuales, sino que debilita la confianza de los financiadores y encarece los costos de futuros endeudamientos. Esto afecta a los bolsillos de todos los colombianos", advirtió.
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El mandatario también recordó que, hace meses, el Distrito presentó una propuesta para aplazar una parte de los recursos, siempre y cuando se establecieran fechas claras para su entrega. Además, solicitó el aval para créditos internacionales necesarios para financiar el segundo tramo de la línea 1 del metro. Sin embargo, estas propuestas no avanzaron.
Impacto para Bogotá y el país
El metro de Bogotá, cuya financiación está dividida en un 70 % por parte de la nación y un 30 % por el Distrito, es considerado el proyecto más importante de movilidad urbana en la capital. Su avance no solo transformará la movilidad en la ciudad, sino que también será un símbolo del compromiso del Estado con la infraestructura pública.
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"No cumplir con este compromiso no solo afecta a Bogotá, sino que pone en peligro la credibilidad de Colombia como un país que honra sus acuerdos", concluyó el alcalde Galán, reiterando que su prioridad será garantizar que el proyecto avance, pese a las dificultades.
La próxima reunión entre el Distrito y el Gobierno Nacional será crucial para definir el futuro del metro y de otros proyectos estratégicos para Bogotá. Entretanto, el mensaje del alcalde es firme: el metro no se detendrá.