Tras el accidente ocurrido hace 24 días con una de las telecabinas en la estación Popular , desde la 4:30 de la mañana la Línea K del Metrocable volvió a operar comercialmente para movilizar a cerca de 90.000 habitantes del nororiente de la ciudad que todo los días usan esta alternativa de movilidad para cumplir con sus actividades.
Bibiana Salazar, una de las habitantes de esta zona de la ciudad y usuaria frecuente del sistema, asegura que sus tiempos de transporte se reducirán hasta en más de una hora con esta línea nuevamente en funcionamiento.
"Para mí es muy significativo, porque me ahorraría demasiado tiempo. Estoy hablando más o menos de una hora y media de espera de los alimentadores", indicó Salazar.
Y es que reconoce que el plan de contingencia dispuestos por la empresa Metro con cinco rutas de buses no ha funcionado de la mejor manera, largas filas para tomar un vehículo y dificultades por las estrechas vías de los barrios del nororiente han convertido en una difícil labor los desplazamientos tras la falta del Metrocable .
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"Ha sido muy complicado, el servicio muy lento, las filas son larguísimas, filas hasta de dos horas. También las calles son muy angostas, entonces ha sido muy duro todos estos días sin Metrocable", manifestó la usuaria.
El gerente del Metro, Tomás Elejalde, aseguró que la reapertura se logró gracias a la inspección minuciosa de cada una de las 90 cabinas de la línea, del cable principal, pruebas con peso, aceleración y frenado que resultaron satisfactorias y fueron, incluso, certificadas por una empresa francesa avalada por la autoridades de transporte de ese país europeo.
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"Esto es posible, luego de múltiples pruebas, verificaciones y certificaciones que avalan la seguridad del sistema, incluso de parte de un organismo francés de certificación avalado por el Ministerio de Transporte de dicho país", aseguró Elejalde.
Tras el reinicio de actividades, hasta este jueves a los usuarios de la línea se les efectuó el reembolso de dinero por la contingencia en sus respectivas tarjetas Cívica, el cual corresponde a la diferencia entre la tarifa plena y la tarifa de integración que normalmente pagan con el Metrocable en funcionamiento.