Víctimas de falsos positivos en Antioquia
celebraron como un acto de verdad la imputación al general (r) González Peña y otros 38 militares por más de 400 casos en el departamento. Piden a la JEP que sean sancionados “como se debe”
Las víctimas de crímenes de Estado en Antioquia celebraron que en las últimas horas la Jurisdicción Especial para la Paz imputara al excomandante del Ejército, general (r) Óscar Enrique González Peña, y a otros 38 militares por 442 casos de falsos positivos que se registraron en el departamento de Antioquia, entre los años 2004 y 2007.
La decisión también fue contra los comandantes de la Brigada IV del Ejército durante los años 2003 al 2007 -generales Luis Roberto Pico y Jorge Ernesto Rodríguez, quienes tuvieron información a su disposición que daba cuenta de la ocurrencia de asesinatos y desapariciones forzadas de civiles a manos de sus tropas para presentarlos como falsas bajas en combate.
No obstante, estos aceptaron su responsabilidad por lo que la defensa de por lo menos 100 víctimas en el departamento pidió a la JEP que sean sancionados “como se debe” tras esta imputación.
“Como los comandantes retirados no reconocieron los hechos, estos pasarán a la ruta adversarial, es decir, de no reconocimiento y allí esperamos que la jurisdicción con la misma decisión pueda aprobar estos hechos y sancionarlos como se debe”, aseveró Jahson Andrey Taborda, abogado de la Fundación Forjando Futuros.
Según explicó la magistrada Catalina Díaz, quien investiga los falsos positivos en la JEP, la Sala de Reconocimiento encontró que los imputados desestimaron las alertas de institucionales estatales, organismos intergubernamentales de derechos humanos y organizaciones sociales.
La mayoría de las víctimas eran campesinos del oriente antioqueño, pero también hay casos de menores de edad. Según la JEP, algunas de las personas fueron torturadas y otras entregadas por civiles que recibían dinero a cambio.
“Este punto es muy importante, ya que las víctimas en reiteradas ocasiones le habían manifestado a la magistratura que sus seres queridos no solamente fueron asesinados, sino que fueron torturados. Esto lo celebramos como un hecho de verdad y de restauración y de memoria”, agregó.
También revelaron desde esa jurisdicción que la inmensa mayoría de los falsos positivos en Antioquia no ocurrieron durante la fase crítica de la confrontación militar de las guerrillas, sino después de que estas habían sido derrotadas y replegadas estratégicamente y una vez se habían también desmovilizado los grupos paramilitares.
Así, las subregiones del Valle de Aburrá y el Oriente Antioqueño registraron picos históricos en la práctica criminal justo después de que el Frente Urbano Jacobo Arenas, Furja, quedara prácticamente desmantelado, y los Frentes 9 y 47 se replegaran hacia zonas vecinas por instrucciones del Estado Mayor del Bloque Noroccidental. Asimismo, el pico histórico registrado en el Norte Antioqueño y en la región, detalló la JEP.
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