Todos los días Vanessa García Grajales se levanta desde muy temprano y se arregla impecablemente con su uniforme de trabajo y con ayuda de su madre, prepara su almuerzo y emprende su camino hacia el Parque de San Antonio, donde maneja con gran determinación un alimentador del Metro de Medellín .
A diferencia de la mayoría de las niñas a su edad, Vanessa, desde muy pequeña, no soñaba con tener muñecas, sino con manejar un gran alimentador del Metro . Al igual que su padre y la mayoría de los hombres de su familia, Vanessa anhelaba pertenecer al gremio de conductores y recorrer las distintas rutas de la ciudad.
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"Entré a este gremio, más que todo por mi papá. Desde muy pequeña veía lo que él hacía y me gustaba mucho, pero no pensé que lo llegara a hacer, hasta que cumplí la mayoría de edad y no, yo decía, esto es lo que yo quiero, es lo que yo quiero. En mi casa siempre me apoyaron, mi papá, como mi mamá. Mi papá obviamente era orgulloso", explicó la joven.
A pesar de que a los 16 años Vanessa ya había intentado ingresar a un semillero para lograr su sueño de conducir uno de los alimentadores del Metro , aún era muy pequeña y no pudo ingresar inmediatamente, pero eso no la detuvo para volverlo a intentar a los 18 años, donde al finalizar el bachillerato inició en el semillero de la empresa Sistema Alimentador Oriental Sao 6.
Desde ese momento, el sueño se convirtió en realidad y Vanessa se convirtió no solo en el orgullo de sus padres, sino en la admiración de muchas personas que se sorprenden a verla manejar tan imponente vehículo.
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"La verdad me alagan mucho y quedan sorprendidos con mi edad. En mi familia se sienten muy orgullosos de mí y porque, de por sí, por parte de mi familia, de mi papá, el gremio, la mayoría son conductores, los hombres son conductores y pues yo fui la única mujer conductora también. La única, entonces, se sienten superorgullosos de mí", expresó la joven.
A pesar de ser la única mujer conductora de su familia, su hermano, un joven que acaba de cumplir 18 años admirado por el ejemplo de su hermana, también desea conseguir su licencia y manejar uno de los vehículos de la red Metro.
Vanessa sueña además con irse junto a su hermano a Estados Unidos , estudiar inglés y seguir creciendo y aprendiendo del largo camino que sus aspiraciones proyectan.
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De igual manera, y con la voz firme y decisiva que la caracteriza, Vanessa invita a los jóvenes a no temer por el qué dirán, y en específico a las mujeres, pues género y edad jamás son sinónimo de límite para aquellos sueños que se tracen con determinación y esfuerzo.