Polémica por mural en Medellín: en menos de una semana ha sido pintado dos veces

Como un emblema de las voces de protesta en un año en el que la pandemia del COVID-19 encerró a las personas, el mural “Nos están matando” fue pintado por 80 artistas en la avenida Paralela en Medellín, en rechazo al creciente fenómeno de asesinato de líderes sociales y masacres en el país.

Tras cuatro años, colectivos de arte urbano gráfico congregados en Mesagraff denunciaron que fue borrado por la Alcaldía de Medellín, como parte de lo que han calificado como una “eliminación sistemática de murales y grafitis en la ciudad”.

En los últimos días del año, esta obra considerada como un símbolo de resistencia y memoria colectiva por la violencia en Colombia fue cubierta con pintura gris, por lo que tras la indignación generada en los colectivos artísticos, estos decidieron restaurarla.

Siete días después de ello, el concejal de Medellín por el Centro Democrático, Andrés Rodríguez, cubrió de gris este mural con otras personas, aduciendo que la ciudad requiere de frases positivas. Incluso, difundió un video con, al parecer, una líder del sector de Toscana.

"Quiero un mural con mensajes positivos flores mariposas , letreros como que hagan elogio a la familia, animales en vía de extinción, tantas cosas positivas que podemos pintar en este mural", dijo la mujer.

Horas más tarde, un grupo de artistas se dio cita en el mencionado sitio de la Paralela y pintó un enorme grafiti con la frase “el arte no se calla”, ante lo cual el concejal le pidió respuestas a la Secretaría de Seguridad, que a su juicio es la encargada de dar permiso para ello, si es del caso.

Antes de los hechos recientes, a través de un comunicado a la opinión pública, los artistas le exigieron a la Alcaldía de Medellín que se suspenda de manera inmediata el borrado que se estaría haciendo de los murales y grafitis en Medellín.

También que se dé “la instalación de una mesa de diálogo urgente entre la administración municipal y los colectivos de arte urbano para garantizar el respeto a su trabajo”.

Además, destacaron que se requieren políticas culturales coherentes que “promuevan el arte urbano como un derecho ciudadano y parte del patrimonio cultural de la ciudad”.