
En el Museo Casa de la Memoria en Medellín se desarrolla la primera jornada en la que la Jurisdicción de Paz escucha los aporte de verdad y reconocimiento de responsabilidad de 25 exmilitares que no fueron seleccionados como máximos responsables en casos de ejecuciones extrajudiciales ocurridas en el oriente de antioqueño.
Los primeros en ser interrogados por el despacho fueron Darwin Alejandro Echavarría, Francisco Javier venegas, Erlindo Antonio Bravo y Cesar Andrés Daza, quienes a inicios de los años dos mil operaron en esta zona del departamento y han sido condenados a más de 31 años por la justicia ordinaria como responsables asesianto de Luz Stelly Morales.
Se trata de una mujer de 16 años asesinada en septiembre de 2003 en la vereda El Morro del municipio de Granada. Miembros del Ejército, entre ellos el entonces cabo tercero Daza llegaron hasta su vivienda asegurando que tenían información de que pertenecía a un grupo subversivo y al quedar en su poder altos mandos tomaron la decisión de asesinarla para presentarla como baja en combate.
Para ello, relató Daza durante la audiencia, inventaron un combate falso en una zona a la que Luz Stelly fue llevada con la excusa de reconocer a otra presunta integrante del grupo ilegal.
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"Empezamos a planear cómo íbamos a organizar un combate falso. Yo sabía las prácticas que se manejaban y sabía que en algún momento yo lo iba a hacer, lo iba a vivir o lo iba a ver, pero no me imaginé que el momento era ese y que la persona que iba a sufrir esto era Luz Stelly", sentenció.
Para simular el combate Daza también reveló que fueron puestos varios elementos en la zona del crimen.
"Se le puso un revólver, se le puso un bolsito con un cordón detonante, una mecha lenta, unos estopines y como una pavita militar, un sombrero militar, se disfrazó", relató.
El espacio también fue el momento para que los responsables de estos hechos expresaran su arrepentimiento, por hechos que que aseguran nunca debieron ocurrir, y disposición de seguir aportando con la verdad. Darwin Echavarría, uno de los comparecientes que para la fecha de los hechos era soldado profesional.
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"Esto me marcó el resto de la vida, me marcó el resto de la existencia. Yo soy padre, cabeza de familia, tengo dos hijas. Yo en mis hijas todos los días en la mañana veo Stelly. Todos los días las veo en ellas. Siento mucho dolor, siento mucho arrepentimiento. No hay nada en este mundo que yo pueda hacer para rezar sin lo que yo hice".
Por su parte, el excabo Daza admitió que pasaron por alto el deber de proteger la vida de quienes juraron defender, pues se trataba de una civil.
"Si era o no era integrante de un grupo armado, si fue o fueron personas no combatientes, fueron ejecutadas de la forma más vil y baja que podíamos hacer nosotros como integrantes del Ejército, que debimos proteger a esta niña. Yo debí brindarle protección, no apagarle su vida", admitió.

Se espera que en los próximos días se sigan conociendo testimonios de otros exintegrantes del Ejército sobre este y otros hechos en el marco del conflicto armado en el Oriente de Antioquia en medio de un acto similar al ocurrido la semana anterior en el municipio de Dabeiba donde la JEP otorgó beneficios a 15 comparecientes por su compromiso con la verdad en el mismo caso de ‘falsos positivos’, pero hallados en el cementerio Las Mercedes.
Audiencias en las que serán escuchados otros comparecientes en la capital antioqueña continuarán este 3 y 4 de abril quienes hablarán sobre la responsabilidad por cin hechos ocurridos en San Luis y Granada, Antioquia, entre junio de 2002 y septiembre de 2003.