El pasado 8 de diciembre un hombre al que llamaremos José, para reservar su identidad por temas de seguridad, tenía que trabajar, así que la noche del 7 de diciembre se durmió temprano en su casa en Medellín .
Su vivienda está ubicada en el corregimiento de San Cristóbal, donde durante toda la noche sus vecinos celebraron hasta el día siguiente y, mientras ellos estaban de fiesta, cerca de las 5:30 de la mañana, José se despertó, no por la alarma que puso en su celular, sino por un golpe y una extraña sensación en uno de sus pies.
"Me despertó un ruido de un golpe seco, seguido por una sensación de un ardor y dolor súbitos o intensos", recuerda José.
En compañía de su familia, José descubrió que la sensación era quemazón, tenía en la planta de su pie derecho varias ampollas de quemadura y emprendió la búsqueda de lo que pudo haberla causado.
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Así fue que encontraron, justo arriba de la cama, un pequeño agujero en el techo y, siguiendo con la trayectoria, se percataron del proyectil en la cama.
Una bala perdida entró por el techo y rozó su pie y, aunque la lesión no fue mayor, José sí se pregunta qué hubiera pasado si la trayectoria de la bala hubiera sido hacia su columna, un órgano vital o su cabeza.
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"¿Qué tal si lo que fue solo un roce de la bala perdida contra la planta del pie termina siendo un impacto directo?, ¿qué consecuencias habría traído eso?", cuestiona José.
Si bien el hombre fue atendido médicamente, él y su familia decidieron contar su historia, no para denunciar a un responsable, porque desconocen quién pudo haber disparado al aire, sino para que implementen medidas estrictas ante lo que él mismo llama práctica irresponsable.
"¿Qué pasa si te fuiste a dormir la noche anterior, con toda tranquilidad, y resulta que no despiertas? Todo por la irresponsabilidad de una persona accionando un arma de fuego", es la pregunta que José tiene para las autoridades.
José pudo regresar a trabajar luego de una corta incapacidad y aún tiene algunas molestias por la lesión que le ocasionó la bala perdida, pero en su casa todos temen que celebraciones como el 24 y 25, 31 de diciembre o primero de enero, traigan consecuencias más graves para ellos u otros vecinos, si hay quiénes siguen celebrando con disparos al aire.
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