La grave situación de seguridad en Antioquia genera desplazamiento masivo en dos antiguos ETCR donde se encuentran excombatientes de las extintas Farc. Mientras que en Anorí permanece apenas la tercera parte de los que llegaron tras la firma del acuerdo de paz con sus familias, el del municipio de Remedios se trasladará a Yalí.
Uno de los asuntos que genera mayor preocupación a ocho años de la firma del acuerdo de paz con las Farc son las garantías de seguridad para quienes dejaron las armas y sus familias, especialmente en Antioquia donde varias subregiones siguen en riesgo por el accionar de grupos armados.
Y es que aparte del antiguo Espacio Territorial de Capacitación y Reincorporación (ETCR) en la vereda Santa Lucía de Ituango que debió ser trasladado a Mutatá por las constantes confrontaciones entre el Clan del Golfo y las disidencias de las Farc, algo similar viene ocurriendo con estos lugares en los municipios de Remedios y Anorí.
Precisamente en esta última localidad del Nordeste antioqueño, un reciente atentado del ELN en la vereda La Plancha, a pocos kilómetros del antiguo ETCR, dejó cinco soldados muertos y cuatro más heridos, una situación que según Marcos Urbano, líder de la población reincorporada en el departamento, demuestra el complejo panorama de la zona donde apenas queda la tercera parte de familias que llegaron tras la dejación de armas.
Publicidad
"El espacio tenía más de 140 familias y ahorita habrán cerca de 40, muy poca la gente. Se han ido para muchas regiones y la opción de la tierra ha sido muy difícil", aseguró.
Donde tampoco se desarrolló de manera esperada el proceso de reincorporación fue en la vereda Carrizal de Remedios, también constantemente amenazada por el accionar de varios grupos armados que disputan el control del territorio, y donde unos 30 firmantes de paz con sus familias, de los 200 que inicialmente llegaron, ya lograron encontrar un nuevo predio en el municipio de Yalí para continuar su vida y sus proyectos productivos.
Publicidad
"Es el predio El Viento, queda a cuatro minutos del pueblo y con la Alcaldía hicimos un trabajo de aceptación porque había mucha estigmatización de la población, mucho temor, pero hemos demostrado que nosotros llegamos antes es a generar desarrollo porque los que estamos en este proceso queremos producir y queremos sacar las familias adelante", agregó.
A pesar de incumplimientos en varios aspecto de los acordado y la falta de mayores garantías para una vida digna, los firmantes de paz en el departamento aseguran que se mantienen comprometidos con el proceso, pues es la única garantía de que al menos uno de los conflictos más largos que ha tenido el país no vuelva a repetirse.