Recientemente declarada Patrimonio Cultural e Inmaterial de Colombia , la cerámica del Carmen de Viboral, con 125 años de tradición, además de continuar atrayendo turistas a este municipio del Oriente antioqueño, sigue siendo uno de los pilares económicos de este municipio.
Esa declaratoria nacional mencionada es mucho más que un reconocimiento a una tradición ceramista, pues sirve también, dicen los artistas carmelitanos de la loza, como impulso para la misma industria.
“Eso hacer que la cerámica de El Carmen sea algo ya muy reconocido, ayuda a que progresemos y mostremos el arte que tenemos. Es bonito ver que una persona llegue y esté entusiasmada e impresionada con lo que estamos haciendo", indicó a Blu Radio el operario ceramista Santiago Hernández.
Aunque la tradición ceramista del municipio es cada vez más reconocida, lo es menos el esfuerzo de cada una de las personas que, con sus propias manos, elaboran los productos que se venden en cada calle y esquina de El Carmen de Viboral, un proceso que comienza una mezcla que forma la denominada pasta de loza
Publicidad
“Lo que hacemos con esta pasta es verterla dentro del molde y esa misma pasta el molde va absorbiendo la humedad, se va formando una capa alrededor, el grosor de la pieza y a medida que pasa el tiempo forma la pieza, ya sea un mug, un salero, la referencia que tengamos. Esta pasta junto a este molde forma como tal la pieza que va a salir”, explicó Hernández.
Luego pasan al proceso de pulido, el cual se realiza en algunos casos con ayuda de una baldosa y es igualmente crucial en la formación de las lindas piezas que cuelgan en almacenes, paredes y techos de casas de todo el municipio
Publicidad
“El pulido se hace con esponja, agua y algunas personas utilizamos esponjas de alambra para poder quitar esas irregularidades que quedan con las marcas de los moldes”, detalló la decoradora ceramista Maritza María Cardona Pabón.
Secada a temperatura ambiente, la pieza de cerámica creada de manera manual pasa al calor o lo que también se denomina primera cocción, en unos grandes hornos que se cargan con unas 600 o 700 piezas.
“Normalmente se hace a una temperatura de 1.100 o 1.180 grados para poder tener lo que nosotros llamamos el bizcocho, con una porosidad requerida para hacer los procesos de decoración con unos pigmentos cerámicos”, añadió Pabón.
Posteriormente viene el proceso de pintado o decoración, la fase que realizada con técnica de mano alzada y con unos pinceles de diferentes grosores, les da aún más vida a las piezas e identifican, de las demás, a la loza de El Carmen de Viboral
Publicidad
“La decoración es totalmente a mano, lo único que utilizamos es pincel y mano, es lo que nos ha reconocido mucho antes del proceso que estamos viviendo en la actualidad”, Francisco Cardona, un ceramista del municipio con más de 30 años de experiencia.
Publicidad
Así es, a grandes rasgos, todo un proceso que atrae a gran cantidad de turistas, nacionales e incluso extranjeros a El Carmen, donde llegan buscando vivir la experiencia de ser ceramista, o al menos sentirse como uno por algunas horas.