
En su reflexión dominical, el pastor César Castellanos nos invita a mirar hacia el origen de la maldición que afectó la tierra tras el pecado de Adán y Eva. Él nos recuerda que esa desobediencia trajo como consecuencia una tierra maldita, representada por espinos y cardos.
Sin embargo, nos lleva a una poderosa verdad: Jesús, con su sacrificio, revirtió esa maldición. La sangre derramada por él, especialmente la que brotó de su cabeza por la corona de espinas, tiene un poder redentor capaz de abrirnos paso a una vida de bendición y conquista.
Castellanos nos confronta con preguntas que van al corazón: ¿Vivimos en abundancia o seguimos bajo una sombra de escasez? ¿Somos realmente prósperos o solo sobrevivimos? En palabras del pastor: “Muchas veces nosotros decimos que amamos a Dios, pero parece que nuestra vida es como si se desarrollara en el territorio del diablo”. Esa contradicción revela la necesidad de alinear cada área de nuestra vida con el señorío de Cristo.
Escuche la reflexión completa:
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