Gustavo Petro dejó esperando a más de 500 alcaldes en el centro de Bogotá

Desde muy temprano empezaron a llegar alcaldes de todo el país al hotel Tequendama, en el centro de Bogotá, para entrar a tiempo porque, supuestamente, el presidente electo, Gustavo Petro, llegaría a las 9:00 de la mañana. Muchos de ellos viajaron por horas en carretera, otros tuvieron que tomar lancha y después un vuelo; el encuentro era importante porque traían debajo del brazo todas las necesidades de sus municipios para exponerlas ante el nuevo gobierno.

La Federación de Municipios tuvo que iniciar el evento con la presencia de Alfonso Prada y Luis Fernando Velasco, quienes se presentaban como asesores porque aún no están designados en ningún cargo, los alcaldes aceptaron y empezaron a hablar por dos minutos como se los pidió la organización del evento.

Hacia las 11:00 de la mañana se empezó a hablar de que Gustavo Petro no asistiría. “Que se haga presente, de lo contrario nos retiramos”, advirtió la alcaldesa de Restrepo, Meta; sus colegas aplaudieron y la respaldaron.

Tuvo que salir Alfonso Prada a calmar las aguas y a decir que Petro sí asistiría hacia las 2:00 de la tarde porque tenía compromisos muy importantes en medio de su agenda antes de la posesión el 7 de agosto: “La agenda obviamente se congestiona, están comenzando a llegar las delegaciones internacionales, estamos desplegando toda la capacidad física que tenemos para atender los compromisos que en estos días se están presentando”.

Esa declaración fue hacia las 11:00 de la mañana, luego llegó la hora de almuerzo y se calmaron un poco los ánimos, pero cerca de las 2:00 de la tarde los alcaldes empezaron a gritar “Petro, Petro, Petro”, no para ovacionarlo, sino para reclamar su presencia.

Finalmente, hacia las 3:00 de la tarde, Gilberto Toro, director de la Federación de Municipios, anunció que el presidente no llegaría y levantó la sesión. Por su parte, la senadora Gloria Flórez, quien llegó apenas unos minutos antes, se comprometió a hacer una reunión con los mismos alcaldes, la bancada del Pacto Histórico y el gabinete presidencial. Ni siquiera ese anuncio calmó los ánimos.

Se quedó esperándolo, por ejemplo, la alcaldesa de Juradó, Jenny Rivas, quien tuvo que salir desde el sábado para llegar puntual al encuentro y ahora empieza un recorrido similar de regreso sin haber podido contarle al presidente Gustavo Petro las miles de necesidades de su municipio.

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