
Consulta popular, ¿solución o estrategia electoral? Esto dice analista político
El analista Pedro Medellín advierte que la consulta popular de Petro podría ser más una estrategia política que una solución real a los problemas del país.

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El anuncio del presidente Gustavo Petro sobre una consulta popular para abordar temas clave de su agenda ha generado un intenso debate. ¿Es un mecanismo legítimo para resolver diferencias entre el Ejecutivo y el Congreso o una estrategia política con miras a las elecciones? El analista político Pedro Medellín, en entrevista con Sala de Prensa, expuso su visión sobre esta iniciativa y sus implicaciones para la democracia en Colombia.
Según Medellín, la consulta popular es una herramienta válida en democracias presidenciales para abordar temas trascendentales. Sin embargo, advierte que en este caso no parece buscar una solución institucional, sino fortalecer la estrategia política del Gobierno.
“El presidente está queriendo aprovechar esa coyuntura para arrancar la campaña electoral parlamentaria, exponer a la gente a discutir las reformas y posicionar al Pacto Histórico como la fuerza que sí va a resolver los problemas sociales”, explicó el analista.
Este enfoque, según Medellín, podría desvirtuar el propósito real de una consulta popular. En lugar de buscar un consenso en torno a reformas fundamentales, el presidente podría estar utilizando recursos públicos para promover su movimiento político. “No está utilizando el mecanismo para tramitar una diferencia democrática, sino para desarrollar una campaña electoral a favor de su organización política”, puntualizó.
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Uno de los temas centrales en la agenda del Gobierno es la reforma laboral, cuya discusión ha enfrentado serios obstáculos en el Congreso. Medellín enfatizó la urgencia de una reforma en este ámbito, pero cuestionó la viabilidad del mecanismo propuesto. “El país necesita una reforma laboral. No podemos tener a uno de cada dos trabajadores en la informalidad, sin seguridad social, sin estabilidad y con condiciones precarias”, señaló.
A pesar de la necesidad de cambios, Medellín advierte que la consulta popular podría no ser el camino adecuado para lograr una reforma efectiva. “Si se aprueba la reforma en la consulta, el resultado será incierto, porque la ley igual tiene que pasar por el Congreso”, comentó. Además, recordó que el tiempo para discutir y aprobar la reforma es limitado, lo que podría convertir la consulta en un simple instrumento de movilización política de cara a las elecciones legislativas.
Uno de los puntos más polémicos es el costo de la consulta, que según estimaciones podría ascender a 700.000 millones de pesos. Medellín comparó este gasto con los efectos económicos de la informalidad laboral y la falta de regulación efectiva en el mercado laboral. “El costo del desempleo y la informalidad es de billones de pesos para las empresas y el país. Pero aprobar una reforma mal diseñada también puede ser más costoso que realizar la consulta”, explicó.
Por otro lado, destacó que la consulta podría interpretarse como un reconocimiento implícito de la debilidad del Gobierno en el Congreso. “El hecho de que recurran a este mecanismo indica que la estrategia política tradicional del Gobierno no ha funcionado. No han logrado convencer a sus parlamentarios”, afirmó.
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Con la consulta popular en el horizonte, Medellín prevé que el Congreso se enfocará más en el control político que en la aprobación de leyes en los próximos meses. “Abril y mayo serán meses intensos, donde el Congreso se apartará de la discusión de reformas y entrará en una fase de control político sobre el Gobierno”, advirtió.
Asimismo, señaló que la estrategia de Petro podría fortalecer su base política en vísperas de las elecciones de 2026. Sin embargo, la incertidumbre persiste sobre si la consulta realmente traerá soluciones concretas o solo servirá como una herramienta electoral. “Entramos en campaña y el país sigue con los mismos problemas y sin soluciones a la vista”, concluyó Medellín.
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