Chicharrones van y chicharrones vienen para el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, quien, como arquero de un partido, trata de evitar goles y atajar pelotas con reformas que puedan salirle al país muy costosas. Feria de cuentas alegres que esperan chequera en blanco, pero que tienen su tatequieto en los palos de Ocampo, quien no para de seguir dando 'palos de ciego' y para que lo comido no termine por lo servido, el día de ayer sacó papel y lápiz y se reunió con su colega de gabinete, la ministra de Salud, Carolina Corcho.
Reunión que tuvo lugar en los cuarteles de Hacienda, que duró cuatro horas y a la que asistieron unas 25 personas, incluyendo ambos ministros, el director de Planeación Nacional y la directora de Presupuesto, quien también había estado en el cónclave de Villa de Leyva. En cuyo consejo de ministros se compartieron los principales puntos de la reforma a la salud y se discutieron las prioridades de la adición presupuestal de 20 billones de pesos para este año.
Retiro de Villa de Leyva que sirvió como punto de partida de la reunión ayer en Hacienda, al cabo de la cual, la directriz de José Antonio Ocampo fue clara y milimétrica: revisar todo el tema presupuestal de la reforma a la salud; examinar los impactos sobre el marco fiscal de mediano plazo; verificar los temas que sean transversales a al gestión de ambos ministerios y acordar un trabajo de equipos para revisar el costo económico de la reforma a la salud.
Cuyo articulado se presenta este mes de febrero ante el Congreso, siendo los principales puntos, según la ministra Corcho: transformar las EPS en redes prestadoras de salud; acabar con lo que ella llama la intermediación de las EPS y terminar con la entrega de recursos púbicos a privados, lo que según la ministra Corcho supone un costo de 6.5 billones de pesos al año.
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Proyecto de Salud que tiene echando calculadora al ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, quien mañana miércoles se reúne también con otra colega de gabinete, la ministra de Minas, Irene Vélez, con quien se ha contradicho en repetidas ocasiones, ha discrepado en temas tan delicados como los contratos de exploración de petróleo y gas, y ha tenido corto circuito en declaraciones públicas relacionadas con los mismos.