Hace poco conversaba con un joven recién graduado en contaduría que aún no ha logrado engancharse laboralmente. Manifestaba su preocupación, ya que lleva un tiempo considerable enviando hojas de vida sin éxito. Ayer, al escuchar a Luz Magdalena Salas, vicepresidenta del centro de estudios de ANIF, entendí mejor la causa primera de esta situación que afecta no solo a este joven, sino a muchos otros recién egresados que se encuentran desempleados.
Según la investigación de ANIF, existe un desajuste entre las carreras que los jóvenes eligen estudiar y las ofertas del mercado laboral. Luz Magdalena Salas afirmó: “Esta dificultad que están teniendo los jóvenes para insertarse en el mercado laboral depende de varios factores: de la demanda, de en qué se están formando. Hay un desajuste entre lo que ellos están escogiendo y lo que el mercado está ofertando. Además, estamos obsesionados con que los jóvenes deben tener formación universitaria”.
Es evidente que se requiere redoblar esfuerzos para proporcionar una adecuada orientación vocacional a los estudiantes que están terminando su bachillerato.
Es fundamental no solo hacerlos conscientes de sus habilidades personales, sino también de las tendencias actuales del mercado. Por ejemplo, hoy en día es crucial que los jóvenes reconozcan las necesidades tecnológicas actuales. Carreras como ingeniería informática, que son los arquitectos del mundo digital al diseñar, desarrollar y mantener software, aplicaciones y sistemas informáticos, son indispensables. Del mismo modo, el desarrollo de software, enfocado en la creación de programas y aplicaciones para diversas plataformas (web, móvil, etc.), es fundamental para la innovación tecnológica. También está la ciencia de datos, donde los científicos extraen conocimientos valiosos a partir de grandes conjuntos de datos, utilizando herramientas y técnicas estadísticas para resolver problemas complejos y tomar decisiones informadas.
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Nadie duda que la tecnología continuará determinando la vida humana, exigiendo nuevas habilidades para el trabajo. Asimismo, es necesario revalorizar la importancia de los oficios y las acciones que, en nuestra formación, corresponden a técnicos y tecnólogos. Sin un acompañamiento vocacional adecuado, es probable que esta brecha entre formación y demanda laboral siga creciendo.