En los medios y las redes sociales se nos ha mantenido al tanto de la situación de Shakira y Piqué . En estos días se ha insistido en que irán a juicio por la custodia de sus hijos, y más allá del interés morboso de algunos por conocer la vida de los personajes públicos, creo que es una buena oportunidad para recordarles a todos que este doloroso proceso de separación tiene que vivirse con mucha inteligencia y responsabilidad, más si hay hijos en el medio.
Creo que el amor de pareja que se alimenta con las mejores actitudes y decisiones es eterno y puede hacer que un vínculo genere el contexto de felicidad necesario para sus miembros. También entiendo que en muchas ocasiones y por distintas razones estas relaciones pueden terminarse, simplemente porque el amor se acabó y ya no quieren compartir más el proyecto común. Es importante entender que esa experiencia debe vivirse con sinceridad y claridad, evitando mentiras y traiciones que hieran y dañen profundamente. Si la relación no está bien, hay que aceptarlo y resolverlo responsablemente. Y si ya no hay nada que hacer, pues toca separarse de la mejor manera posible.
Una cosa es una ruptura y otra una incisión bien hecha. La psicóloga Zoraida Luque nos propone algunas claves en esas situaciones de relaciones que se acaban y dejan niños de por medio:
1. Aclarar las dudas y estar seguros de la decisión. No hay que decírselo a los niños si aún no es un hecho.
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2. Pensar que, si bien ya no serán pareja, sí seguirán siendo los padres de los niños y necesitan ser un equipo y asegurar el bienestar de los pequeños, y que ellos no se pueden convertir en un arma para herir al otro.
3. Hay que decírselo a la red de apoyo, ya que la separación es un momento muy difícil en el que nunca sobrará la ayuda de los seres queridos.
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4. Al comunicarles a los hijos la decisión, es bueno hacerlo con un lenguaje apropiado, a veces no hay necesidad de entrar en los detalles de la ruptura.
Aunque dejen de ser pareja, seguirán siendo papás.
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