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Sentida despedida de Linero a La Gorda Fabiola: "La sonrisa va más allá de la muerte"

La vi también como una guerrera incansable. La diabetes y los cuatro infartos fueron pruebas difíciles que no vencieron a La Gorda Fabiola; al contrario, la comprometieron aún más con la vida.

Padre linero despide a La Gorda Fabiola
Padre linero despide a La Gorda Fabiola
Foto: cuenta Instagram: lagorditafabiola

Siempre la encontraba con una sonrisa. Me hacía sentir su cariño y compartíamos recuerdos de nuestra natalSanta Marta . Me contaba que había nacido allí, frente al mar, en el hospital San Juan de Dios, y me hablaba de sus años de estudio en el colegio de La Presentación. También, de cómo aprovechó la oportunidad que la vida le dio para formar parte de ese gran programa de televisión que es Sábados Felices .

Recuerdo con mucho cariño una conversación en la que me narró su experiencia durante esos 27 días en un estado de coma. Sin intención de polemizar, pero con una convicción serena, me contó su paso por el infierno y el cielo, con descripciones tan vívidas como contundentes. Fue un momento especial, porque en sus palabras no solo percibí su fe, sino también su profundo sentido de responsabilidad ante la vida.

La Gorda Fabiola, como la conocíamos en el mundo de la televisión, me enseñó algo fundamental: aceptarse a uno mismo es la clave para ser feliz. Ella decía: “Si tú te aceptas, proyectas eso hacia afuera y la gente te acepta también”. A pesar de llegar a pesar 146 kilos, su peso nunca fue un obstáculo para vivir cada situación con la mejor actitud.

La vi también como una guerrera incansable. La diabetes y los cuatro infartos fueron pruebas difíciles que no la vencieron; al contrario, la comprometieron aún más con la vida. El humor siempre fue su arma para superarlo todo y seguir adelante, junto con su espíritu libre que nunca permitió que los clichés sociales la atraparan ni le impidieran ser quien era.

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Ayer, cuando leí la noticia, me llené de tristeza al saber que ya no la vería sonreír ni disfrutar de sus bromas. Pero también sentí gratitud por la forma en que vivió y por cómo enfrentó cada desafío. Ahora pienso en sus hijos y en Polilla, su esposo, quienes seguramente la extrañarán mucho más que nosotros, sus amigos y televidentes, que disfrutamos de su talento.

Estoy convencido de que tenía razón: la muerte nos lleva a una nueva dimensión, en la que podremos seguir haciendo el bien y sonriendo, como expresión del amor de Dios.

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