El presidente Iván Duque intentó cerrar la polémica que originaron las declaraciones del Ministro de Defensa Diego Molano desde Israe l, en donde puso en el mismo lugar a Irán y al grupo Hezbolah, además diciendo que los dos son enemigos de Colombia.
Dos días después de las afirmaciones que armaron un gran “tierrero” sobre las posibles implicaciones diplomáticas de esas acusaciones, el presidente salió al paso finalmente y dijo que Colombia no cataloga como enemigo a ningún país, advirtiendo que sí hay inquietudes sobre posibles vínculos de algunas naciones con grupos considerados terroristas .
En otro escenario, el presidente Duque, antes de emprender su regreso a Colombia, sin mencionar directamente a Irán, hizo un llamado a todos los países para que se comprometan con el acuerdo que cierra la puerta a la proliferación de armas nucleares.
Sin embargo, esta no fue la única polémica que ocasionó el viaje del presidente a Oriente Medio: la Autoridad Nacional Palestina emitió un comunicado rechazando la apertura de lo que calificó como una “oficina comercial, con representación diplomática, en Jerusalen, por el delicado estatus de esa ciudad en el conflicto entre palestinos e israelíes”.
Publicidad
Dicen los palestinos que la apertura de una sede de Innpulsa, oficina dedicada a innovación y emprendimientos de la Presidencia de Colombia, es una violación al derecho internacional y pidió revertir esa determinación.
El presidente Duque respondió pidiendo dejar la política aparte, en momentos en los que anunciaba la apertura de esa delegación en Jerusalén.
Publicidad
La conclusión es que pese a que hubo varias noticias importantes luego de la visita del presidente Duque a Israel, sus decisiones y declaraciones de algunos de sus funcionarios, abrieron algunos escenarios tensos en la diplomacia de Colombia con Oriente Medio.
Escuche el análisis de Ricardo Ospina en Mañanas BLU: