Todos los vimos brillar juntos en aquellas eliminatorias para el Mundial de Brasil. Ambos nos brindaron muchas emociones con sus modos de juegos y sus goles.
Me refiero a James Rodríguez y a Falcao García, estrellas del futbol colombiano con presentes bien distintos. Por un lado, después de haber salido del Real Madrid y haber pasado al Everton, hoy James va a la liga de Qatar con un muy buen sueldo y muchas críticas de los sabedores de futbol; mientras por el otro, Falcao decidió reducir sus ganancias para ser fichado por el Rayo Vallecano. ¿Cuál de las dos acciones es la mejor? Ellos son públicos, por eso muchos sienten el derecho de opinar y juzgar sus decisiones, pero a mí me queda una reflexión.
Creo que necesitamos entender que cada uno hace opciones de vida, y que los demás debemos respetar sus prioridades.
Cada uno decide hacía donde quiere dirigir su vida, de hecho, eso hace parte de la madurez que se requiere para poderla vivir: tomar el control de la existencia propia y salir adelante con los elementos que se tengan. No creo que sean decisiones que se toman de la noche a la mañana, sino que hay un trabajo en el que se evalúan todas las posibilidades.
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Ambos están en pro de un desarrollo profesional que seguramente encontrarán en sus respectivos clubes, pero supongo que también piensan en la seguridad económica que estos puedan ofrecerles. Creo que debemos aprender a ser más cuidadosos con criticar la vida de aquellos que, al igual que nosotros, se la están intentando ganar.
Yo en cambio, sí le deseo a ambos que puedan triunfar en sus ligas y que puedan seguir desarrollándose profesionalmente. Entendamos que el que triunfa no es el que opina e intenta cambiar a su antojo la vida de los demás, sino aquel que mira al interior y busca cambiar la suya. Mi abuela tenía razón cuando decía que no puede opinar aquel que no conoce las goteras de la casa ajena.
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Escuche la reflexión de Alberto Linero en Mañanas BLU: