Reflexión de Linero: "La autocompasión es esencial para mantener la salud emocional"

La situación actual lleva a muchas personas a pedirme ayuda de todo tipo. Debido a mi opción de vida y formación, siempre estoy atento a ver cómo puedo asistir a esas personas, ya que considero que la compasión es la emoción espiritual más importante y que una experiencia espiritual sin ella carece de sentido. Sin embargo, a veces me siento agotado por tantas peticiones y por no poder responder a todas de manera eficaz.

Esto me llevó a conversar con algunas personas dedicadas al servicio de los necesitados o enfermos, y me enseñaron un concepto que quiero compartir con ustedes: “Fatiga por compasión”. Este término describe un estado de agotamiento emocional que afecta a quienes cuidan o están expuestos de forma regular al sufrimiento ajeno. Se caracteriza por una sensación de estar abrumado y emocionalmente drenado, como si la energía compasiva se hubiera agotado.

Inmediatamente busqué información sobre cómo enfrentar este estado de agotamiento emocional y encontré cuatro claves que me parecen valiosas para la vida diaria:

• Tomar tiempo para uno mismo: Es fundamental que quienes trabajan en el cuidado de otros se dediquen tiempo y practiquen actividades que les ayuden a relajarse y recargarse. Esto puede incluir ejercicio, meditación, pasar tiempo en la naturaleza o simplemente descansar.

• Aprender a decir "no": Es necesario establecer límites claros entre la vida personal y laboral. Decir "no" a solicitudes adicionales puede ser crucial para mantener el equilibrio.

• Desconectarse y compartir: Desconectarse por momentos de situaciones que generan presión y hablar con amigos, familiares o compañeros de trabajo sobre las experiencias y emociones vividas puede ser muy útil.

• Practicar la autocompasión: Ser amable y comprensivo con uno mismo, especialmente en momentos difíciles, ayuda a reducir los sentimientos de culpa y vergüenza. La autocompasión es esencial para mantener la salud emocional.

No estoy sugiriendo que seamos indiferentes ante el dolor y la necesidad de los demás, sino que comprendamos que para poder ayudar a los demás debemos estar en las mejores condiciones posibles. Por lo tanto, es crucial saber defenderse de estas presiones emocionales.