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Reflexión de Alberto Linero: "Enfocarnos en lo fundamental es un acto de amor propio"

Una vida que se construye desde el centro no teme a las distracciones; las reconoce, las filtra y sigue adelante.

Alberto Linero
Alberto Linero
Foto: Blu Radio.

En un mundo saturado de estímulos, donde la urgencia parece gobernar cada instante, se hace más necesario que nunca recuperar el enfoque en lo fundamental de nuestra existencia. Vivir enfocados no es simplemente priorizar tareas; es identificar aquello que, al final del día, da sentido y propósito a nuestra vida. Esa claridad no solo orienta nuestras acciones, sino que también nos protege de las distracciones que nos alejan de nuestros valores esenciales.

Cuando vivimos desenfocados, permitimos que las distracciones –sean digitales, sociales o internas– nos desvíen de lo que realmente importa. Muchas veces, estas distracciones parecen inofensivas: una notificación en el teléfono, una conversación que no aporta o el constante ruido mental. Sin embargo, en conjunto, construyen una barrera que nos impide escuchar nuestra propia voz y reconocer las prioridades que hacen significativa nuestra vida. La filósofa y autora Simone Weil afirmaba que "la atención es la forma más rara y pura de generosidad". Esto nos invita a entender que enfocar nuestra atención en lo esencial no solo nos beneficia a nosotros, sino que también es un acto de amor hacia los demás.

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Vivir desde lo fundamental implica hacer una pausa consciente para reflexionar sobre lo que realmente valoramos. ¿Es el tiempo con nuestra familia? ¿Es el crecimiento personal? ¿Es contribuir al bienestar de quienes nos rodean? Este ejercicio no solo nos centra, sino que también nos libera del peso de la superficialidad. Nos impulsa a ser más auténticos, a actuar con coherencia y a construir una vida más plena y significativa.

El enfoque es también un acto de resistencia frente a la inercia de un mundo que nos exige productividad sin propósito. Volver a lo fundamental no significa hacer más, sino hacer mejor. Implica preguntarnos: ¿Este camino que estoy tomando me lleva hacia lo que más valoro? Al priorizar lo esencial, nos conectamos con nuestra misión de vida y evitamos que el ruido de las distracciones apague la música de lo que realmente importa.

Enfocarnos en lo fundamental es, en última instancia, un acto de amor propio y una invitación a vivir con propósito. Una vida que se construye desde el centro no teme a las distracciones; las reconoce, las filtra y sigue adelante.

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