La vida está matizada por esas experiencias que llamamos “accidentes”; situaciones que van más allá de la premeditación, de la intencionalidad, y que pueden alterar el sentido de toda la existencia . Todos vivimos accidentes ocasionados ya sea por un descuido, por un error o por una situación azarosa. Ellos expresan la contingencia, la fragilidad de nuestra condición humana. Por muy dueños que seamos de nuestra vida, no podemos hacer que todo en ella corresponda con nuestra intención.
En estos días, como colombianoshemos estado muy atentos y solidarios con la experiencia de Egan Bernal, tal vez el mejor ciclista de nuestra historia, por los triunfos conseguidos. Él sufrió un accidente que le pudo cambiar toda la vida. Afortunadamente, el más reciente parte médico nos hizo entender que está respondiendo adecuadamente al tratamiento y que ahora se trata de seguir todo el acompañamiento científico, para que en el tiempo adecuado pueda volver al ejercicio de su profesión de ciclista.
Más allá de toda la tensión y de la actitud con la que los colombianos queremos acompañarlo a él y a su familia, también podemos ver en esta situación una oportunidad para pensar en tres actitudes:
La primera es vivir siempre agradecidos con nuestra historia, con lo que vamos haciendo y con lo que vamos teniendo. Tú y yo que hoy estamos sanos, tenemos que dar gracias por eso.
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La segunda tiene que ver con la necesidad de estar atentos y de generar la disciplina suficiente para que ningún detalle se nos escape, para lograr reducir al máximo el margen de accidentalidad, sabiendo que nunca es total y que los accidentes siempre pueden ocurrir.
Y la tercera, es generar solidaridad con todos los demás. Si se es conductor, solidaridad con los que van en bicicletas o en moto, si se es ciclista o motociclista, solidaridad con aquellos que van en automotores.
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Que este duro accidente nos permita entender que no todo lo podemos controlar, y que eso que escapa a nuestras manos, puede convertirse en una oportunidad para sacar lecciones que nos ayuden a vivir mejor. Desde aquí todo el ánimo y toda la fuerza para Egan y para su familia.
Escuche la reflexión de Alberto Linero en Mañanas BLU:
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