Sigue la polémica por varios puntos incluidos en el proyecto del Plan de Ordenamiento Territorial que presentó la administración de la alcaldesa Claudia López al Concejo de Bogotá.
Probogotá, entidad privada creada para analizar y proponer ideas para mejorar la situación de la ciudad, dio a conocer una serie de preocupaciones relacionadas con aspectos clave denominados modelo de ocupación, la gestión del suelo y la infraestructura para la movilidad sostenible.
Según Probogotá, por ejemplo, en el borde oriental de la ciudad, el POT plantea el cambio de suelo urbano a rural en la llamada franja de adecuación, pero en la realidad ese cambio no es posible, porque ya existen vías, redes de energía, alcantarillado, acueducto y edificaciones.
En el borde occidental del río Bogotá, el POT plantea construir 15 proyectos de infraestructura urbana, como el patio taller del Metro, la Troncal de Transmilenio por la Avenida Ciudad de Cali, entre otros, según Probogotá, sin conocer los resultados de los estudios de riesgo sobre posible ruptura de jarillones del río Bogotá, lo que causaría inundaciones en esas estructuras.
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En el borde sur, Probogotá advierte que establecer áreas mínimas para las VIS y las VIP tendrá como resultado una menor oferta de vivienda social, acentuando la segregación socioeconómica en la ciudad, incentivando la informalidad y desaprovechando los subsidios del gobierno para la compra de vivienda.
Para Probogotá, este modelo planteado en el POT aumentará el valor del suelo y aumentará el tiempo de desplazamiento entre los lugares de residencia y de trabajo de los municipios vecinos.
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Sobre la gestión del suelo, Probogotá advierte que la propuesta del POT solamente generará 589 mil viviendas entre 2022 y 2035, cuando lo requerido según los estudios serán más de un millón de viviendas, lo que hará que el restante sean construidas en la sabana de Bogotá.
En cuanto a movilidad, Probogotá advierte que el POT plantea por ejemplo que la Autopista Norte pase de tener 10 carriles mixtos en ambos sentidos, a tener solamente 4, debido a que se requieren adecuaciones peatonales, para bicicletas y para el transporte público.
Pero no solamente sería la Autopista Norte la que pasaría de tener 10 a 4 carriles mixtos, también sufrirían la misma transformación la Avenida El Dorado, la Avenida Ciudad de Cali y la Avenida de las Américas.
Por ejemplo, otras vías que pasarían de tener 4 a 2 carriles mixtos serían la Calle 63, la Avenida 68, la Calle 53 y la Avenida Primero de Mayo.
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Tema controvertido el que viene para la ciudad, muy importante, para definir el modelo de lo que queremos que sea Bogotá en los próximos 20 años.
Escuche la opinión completa de Ricardo Ospina aquí:
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