Las palabras del presidente Petro , que muestran una radicalización evidente, fueron pronunciadas una semana después de la crisis ministerial que produjo la salida de siete de sus ministros, la mayoría de ellos representantes del centro político.
Más allá de las palabras en contra de la clase política tradicional, criticando a los grandes empresarios y a lo que él llama el Establecimiento, lo cierto es que el jefe de Estado necesita impulsar lasreformas sociales que han sido la columna vertebral de su plan de gobierno, a través de las instituciones democráticas.
Por eso, inicialmente, el trabajo del gobierno del presidente Gustavo Petro tendrá que concentrarse en el Congreso, para poder sacar adelante en principio la reforma a la salud, la reforma laboral y la reforma pensional.
En cualquier caso, la búsqueda de consensos es el fiel de la balanza, porque ahí está la clave para saber si el gobierno logra convencer al menudeo a los congresistas de los partidos tradicionales, liberales, conservadores y de la U, o si logra realmente acuerdos haciendo modificaciones consensuadas a los textos.
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Al final, una vez los proyectos sean aprobados, tendrán que afrontar un examen adicional ante la Corte Constitucional, que será determinante, como en otros momentos de nuestra historia, para defender los derechos fundamentales plasmados en nuestra carta política.
La clave en toda la historia es que las reformas deben tramitarse por las vías constitucionales, sin tentaciones que llegaran a plantearse un camino distinto. Colombia, con una democracia imperfecta, se ha caracterizado por haber tenido mandatarios que al final siempre terminaron respetando la institucionalidad. Eso no debe cambiar ahora.
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