La revelación que hizo el presidente Gustavo Petro en la cumbre de la Celac en Buenos Aires sobre la petición que le hizo el gobierno de Estados Unidos para que entregara armamento ruso en poder de las Fuerzas Armadas colombianas para apoyar la guerra en Ucrania, nos permite hablar sobre la particular relación existente entre los dos gobiernos.
Aunque el presidente Petro en varias oportunidades ha sido crítico de políticas estadounidenses, entre otras en materia de lucha contra las drogas y también frente al papel del Departamento de Estado frente a la crisis venezolana, existe en general una buena relación con Washington de vieja data, en la que hoy existen intereses comunes.
Haciendo un recuento de episodios en los que el presidente Petro ha arremetido en contra de decisiones políticas estadounidenses, recientemente podemos referirnos al discurso que pronunció luego del triunfo en las elecciones, pero también a un evento en Turbo, Antioquia, en octubre del año pasado, en donde dijo que “Estados Unidos están arruinando todas las economías del mundo”. En noviembre del año pasado desde París, el presidente Petro afirmó que la “fracasada política antidrogas de Estados Unidos sólo ha traído muerte a Colombia”.
Pero mientras el discurso público del presidente Petro contra las políticas del gobierno de Estados Unidos es muy crítico, en privado ha recibido en Colombia a varios de los más importantes funcionarios estadounidenses, como el secretario de Estado, Anthony Blinken , a quien halagó diciendo que seguramente será presidente de los Estados Unidos, pasando por el secretario de seguridad nacional, Alejandro Mayorkas y ni más ni menos que con el director de la CIA, William Burns.
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El episodio más reciente de la relación estratégica entre Colombia y Estados Unidos tuvo lugar en Washington, en donde el Departamento de Estado le “bajó el pulgar” a la decisión que había tomado el gobierno del presidente Petro de suspender las órdenes de captura en contra de peligrosos capos de la mafia como alias “Chiquito Malo” y otros pedidos en extradición por la justicia estadounidense, en el marco de la llamada “Paz Total”.
Estados Unidos dijo públicamente que respalda la Paz Total del presidente Petro, eso sí, con los ojos bien abiertos para evitar que por las rendijas de las negociaciones se terminen colando beneficios para quienes hoy manejan el mercado de las drogas hacia su país.
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En la agenda binacional hoy hay temas clave: la necesidad de continuar la lucha antidrogas, la crisis migratoria, la protección del Medio Ambiente y también hay intereses de cada uno de los países: Estados Unidos insiste en que Colombia compre sus aviones de combate F-16 para reemplazar a los viejos K-Fir, mientras que el presidente Petro ha pedido un estatuto de protección temporal para los colombianos migrantes y hasta el levantamiento de la visa como requisito para entrar a territorio estadounidense.