En una acción inédita, las redes sociales decidieron ayer silenciar los perfiles de Donald Trump ante sus mensajes sobre las protestas en Washington que terminaron en una histórica jornada de insurrección en la que, hasta ayer, era la democracia mas solida del planeta.
Pero antes que felicitar o aplaudir Facebook, Instagram, Youtube o a Twitter por su acción, lo que hay que decir es que las redes sociales tienen una altísima responsabilidad en lo ocurrido ayer en Estados Unidos: la verdad es que se les salió de las manos el monstruo que ayudaron a crear.
Lo de ayer es el efecto de la maquinaria de las noticias falsas, de acusaciones sin sustento, del discurso de odio, de la supremacía blanca, que por años las redes dejaron florecer en sus plataformas; un monstruo que ayer salió de la cueva de los grupos ocultos de Facebook y de los grupos de chat de Whatsapp, para mostrar su tenebrosa cara en forma de una horda que dejó cuatro muertos.
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A punta de noticias mitad verdad y mitad mentira, las 'fake news' en redes, es que Trump capitalizó los miedos y descontentos de un electorado perfectamente perfilado con algoritmos de redes sociales; y por mas de una década, esas plataformas hicieron caso omiso, miraron para otro lado, cuando ese líder las aprovechaba para diseminar su discurso de odio contra la diferencia y la inclusión, contra los latinos, los negros, los chinos, los activistas del cambio climático, contra los trabajadores extranjeros y contra la misma democracia y el estamento electoral, una bomba digital que ayer explotó y que ahora salen Facebook y demás dizque a limpiar y quedar como los héroes por silenciar, por unas horitas, a su mayor creación.
¿Necesitamos mas pruebas del poder desmedido y sin control de las redes sociales? ¿De lo urgente que es imponer medidas de control a esas plataformas? ¿acaso no tenemos en Colombia ejemplos tangibles de maquinarias de odio, de noticias falsas y bodegas de polarización que manipulan descontentos sociales para convertirlos en vandalismo?
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Se viene un año electoral en Colombia. Que no nos pase lo mismo y veamos en algunos meses, a una horda de locos, alienados por la manipulación en redes sociales, entrando con violencia y muerte al capitolio para impedir la posesión de un presidente.