Siguen avanzando las discusiones sobre el poder desmedido de los gigantes de internet, de las redes sociales, sobre la opinión pública y los procesos electorales. Todo esto, por las recientes decisiones de Twitter, Facebook y Google de activar medidas de control, que para algunos rayan con la censura, de comentarios políticos, noticias e informes, que están impactando al proceso electoral en los Estados Unidos.
Se trata de noticias e informes, así como trinos del propio presidente Donald Trump, que se han visto bloqueados en esas redes, por consideración, de las mismas plataformas digitales, al etiquetarlos como 'mentiras', basados en falsedades o de incumplir con las políticas de servicio en cada red social.
Los presidentes de Google, Facebook y Twitter comparecieron ante el Congreso de Estados Unidos en donde fueron duramente fustigados, especialmente por senadores del partido Republicano, quienes les acusaron de "censuradores", de "extralimitarse en el poder que tienen para manipular a la opinión pública" y encausar, con intereses oscuros, dicen los congresistas, la imagen positiva y negativa de movimientos políticos en ese país y otros.
El riesgo aquí es que Trump ha propuesto, por ello, modificar la Sección 230 de decencia informativa, una norma en los Estados Unidos que privilegia y protege al Internet en general, como una red libre, abierta y democrática, donde todos pueden opinar, crear, sin tener que preocuparse de responsabilidades que tienen, por ejemplo, los medios de comunicación frente a la verdad y la objetividad.
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En Colombia nos acercamos a una jornada electoral que, se puede vaticinar, será especialmente violenta, polarizada, especialmente en las redes sociales. Ya es hora que, por tanto, en un acuerdo multilateral, gobierno, partidos, autoridades, demos esa misma discusión y definamos, desde ya, los límites y responsabilidades que todos debemos tener, incluidas las redes sociales, por un ambiente de discusión política sano, equitativo y sin espacio a la manipulación y las noticias falsas. Como ha ocurrido hasta ahora, sin que nadie haga nada.