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No podemos despreciar el descansar; hay que evitar esos relatos de seres super productivos

En una dinámica social en la que se valora tanto la producción, en la que las necesidades exigen fuerte trabajo, en el que las pantallas invaden todo espacio y nos sobre estimulan se hace necesario explicitar el valor de descansar.

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Alberto Linero
Foto: cortesía Alberto Linero

Ayer al hablar de la salud mental les insistí en la necesidad de saber descansar . En una dinámica social en la que se valora tanto la producción, en la que las necesidades exigen fuerte trabajo, en el que las pantallas invaden todo espacio y nos sobre estimulan se hace necesario explicitar el valor de descansar. Creo que descansar se puede asumir desde tres tipos de acciones:

1. Desconectarse del trabajo habitual y proponerse actividades que implique la manifestación de otro tipo de habilidades. Lograr que nuestra atención y esfuerzo se centre en situaciones que nos hagan salir del automatismo en el que muchas veces caemos en los trabajos cotidianos. Tomando conciencia que somos más que eso profesionalmente hacemos a diario.

2. Centrarse en esas situaciones que nos generan placer y satisfacción. Disfrutar la naturaleza, practicar algún deporte, leer los textos que más nos gustan, encontrarnos con personas que amamos y con las cuales gozamos el tiempo. Aquí el objetivo es el placer no hay ningún otro interés distinto a pasarla bien y generar las endorfinas necesarias.

3. Dormir bien, liberándonos de las preocupaciones y los miedos que tanto estrés nos generan. Aquí señalo tres condiciones que los especialistas nos proponeen constantemente: Tratar de generar una rutina, que nos permita dormir siempre a la misma hora para que el cuerpo y la mente se preparen para este momento. Evitar usar la cama como un espacio físico de trabajo, allí se debe vivir desde el placer. Lejos de las pantallas que con su luz blanca estimulan el cerebro de tal manera que se dificultad el dormir.

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No podemos despreciar el descansar. Hay que evitar esos relatos de seres super productivos que no descansa y solo trabajan, les aseguro que a ellos el cuerpo pronto les cobrará esa manera de vivir. Definitivamente tiene que haber momentos para no hacer nada, para vacilarse la vida.

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