En general no me gusta el reguetón. No me gusta su lírica, aunque acepto que su ritmo es siempre pegajoso. Entiendo que mi actitud ante ese género musical se explica por mi formación y mi propia historia. No soy capaz de generalizar y anatematizarlo, pero sus frases burdas y faltas de poesía me hacen tener distancia con él.
Sin embargo, nadie puede negar el éxito que tiene hoy en día entre muchas personas y en especial entre los jóvenes.
En este contexto, me impresionaron las afirmaciones de Bad Bunny en una entrevista que concedió al periódico El País de España. Este artista, que fue el número 1 del 2020 en Spotify, con más de 8.300 millones de reproducciones; que tiene más de 29 millones de seguidores en Instagram y 30,5 millones de suscriptores en su canal de YouTube, y que en uno de sus últimos videoclips, Dákiti, obtuvo más de 350 millones de visualizaciones en mes y medio, afirmó lo siguiente frente al rechazo que muchos tienen con respecto a este género musical: “Y no se va a superar nunca, eso es como el racismo o como la homofobia… pero eso es algo que no va a acabar nunca… El reguetón es un género que viene de la calle, del underground, de la gente pobre que no tuvo opciones. A veces, hasta criminales, pero no lo digo de forma despectiva. Gente que salió de la cárcel o vendían drogas, y al final vio una luz en ese género del reguetón. Muchos pudieron abandonar ese estilo de vida y comprarse casa y carro. Yo creo que de ahí viene ese rechazo”.
Ante estas afirmaciones, pregunto: ¿Están ustedes de acuerdo con esta visión sociológica del rechazo al reguetón?
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La verdad no creo que se pueda comparar con flagelos como la homofobia o el racismo, creo que simplemente se trata de unas manifestaciones del gusto, que nunca se puede jerarquizar, como ya nos enseñó Pierre Bourdieu; creo que se trata de las resistencias que se generan al cambio en personas que como yo, le damos mucha importancia a la letra y no nos quedamos con el ritmo.
Estoy seguro que se puede hacer un reguetón con otro tipo de lírica, y que seguramente también será exitoso y comercial. Estoy completamente convencido de que el amor y el erotismo no se pueden confundir con la pornografía y la vulgaridad.
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Escuche la opinión y el análisis de Alberto Linero en Mañanas BLU: