Ha sido una experiencia de amor, con un equipo que me ha dado más dolores que victorias.
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Dije que en el fútbol se gana y se pierde, pero Luz María Sierra me contestó que no podía afirmarlo, pues yo nunca había ganado. Tenía toda la razón.
Este jueves tuve una de esas experiencias dolorosas. Hasta el minuto 90 iba ganando el Unión ante el Bucaramanga y casi se salvaba la categoría, pero como si fuera una maldición, y yo no creo en maldiciones, en el minuto 91 empata el Bucaramanga. Y cuando creí que había pasado lo peor, Bucaramanga marcó el segundo gol y llega el silencio al estadio Sierra Nevada.
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Más allá del dolor y la frustración que tengo que tengo como hincha, me quedan algunas lecciones de vida: uno, en el último minuto se puede fracasar, hay que estar atentos y dispuestos a trabajar con total seriedad hasta el final: dos, no debemos creer que merecemos lo que no ponemos alcanzar, es el trabajo sostenido lo que nos da el éxito; y tres, nunca se pierde la esperanza y hay que tener el ánimo y la actitud necesaria para lograrlo. Esto último, porque los jugadores del Unión aún tienen una pequeña esperanza.
Escuche aquí la editorial de Alberto Linero en Mañanas BLU.
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